El actor, icono del cine europeo, trabajó con Godard, Hitchcock, Claude Sautet, Chabrol, Rivette, Ferreri, Nani Moretti o Berlanga

El actor francés Michel Piccoli, icono del cine europeo, célebre por sus papeles en «El desprecio», de Jean-Luc Godard, «Las cosas de la vida» o más recientemente «Habemus papam», así como en las película de Luis G. Berlanga «Tamaño natural» o «París – Tombuctú», falleció el pasado 12 de mayo a los 94 años, aunque no se ha sabido hasta este lunes. «Michel Piccoli se ha apagado el 12 de mayo en los brazos de su mujer Ludivine y de sus jóvenes hijos Inord y Missia, tras un accidente cerebral», indica el comunicado de la familia.

El actor francés Michel Piccoli, icono del cine europeo, célebre por sus papeles en «El desprecio», de Jean-Luc Godard, «Las cosas de la vida» o más recientemente «Habemus papam», así como en las película de Luis G. Berlanga «Tamaño natural» o «París – Tombuctú», falleció el pasado 12 de mayo a los 94 años, aunque no se ha sabido hasta este lunes. «Michel Piccoli se ha apagado el 12 de mayo en los brazos de su mujer Ludivine y de sus jóvenes hijos Inord y Missia, tras un accidente cerebral», indica el comunicado de la familia.

Jacques Daniel Michel Piccoli nació el 27 de diciembre de 1925 en París en el seno de una familia de músicos (madre pianista, padre violonista), siendo uno de los grandes actores europeos de la última mitad del siglo XX. Con apenas 11 años subió por primera vez a un escenario para interpretar «El traje nuevo del emperador», y tiempo después estudia interpretación en París con Andrée Bauer-Theron, antes de iniciar su carrera profesional como actor trabajando en el Tretro Babylone y la compañía Reynauld-Barrault.

En 1945 participa en su primera película, «Sortilegio», de Christian-Jacque, combinando desde entonces cine y teatro. En las tablas, bajo la batuta del maestro René Simon, no tardó en destacar con montajes como «La Celestina», «La ruta del tabaco» o «El vicario», mientras que en el cine pasó dos décadas encarnando personajes secundarios, entre los que destacan los de «French Can-Can», de Jean Renoir, y sobre todo el de «La muerte en este jardín», de Luis Buñuel, director con el que volvería a colaborar posteriormente en «Diario de una camarera», «Belle de Jour», «La vía láctea», «El discreto encanto de la burguesía» y «El fantasma de la libertad».

Su salto a la popularidad en la gran pantalla llegó con «El desprecio» («Le Mépris») de Jean-Luc Godard. Otras colaboraciones notables llegan con Alain Resnais con «La guerra ha terminado», con Jacques Demy con «Las señoritas de Rochefort» y con Alfred Hitchcock en «Topaz», antes de trabajar con asiduidad a las órdenes de dos amigos como Marco Ferreri («Dillinger ha muerto», «La audiencia», «La gran comilona» o «No tocar a la mujer blanca», entre otras películas, y Claude Sautet («Las cosas de la vida» o «Tres amigos, sus mujeres y los otros»).

Algunas de sus interpretaciones más inolvidables pueden verse en «Relaciones sangrientas», de Claude Chabrol, «Tamaño natural», de Luis García Berlanga, «Todo modo», de Elio Petri, «Una habitación en la ciudad», de Jacques Demy, «Péril en la demeure», de Michel Deville, «La puritaine», de Jacques Doillon, «Milou en mayo», de Louis Malle, «Belle Toujours», de Manoel de Oliveira, «Le Paltoquet», de Michel Deville, «La bella mentirosa» («La Belle Noiseuse») de Jacques Rivette, «París Tombuctú», de Luis García Berlanga o «Habemus papam», de Nani Moretti.

Dueño de una trayectoria larguísima, con más de 150 películas, Piccoli había realizado personajes muy diferentes sin perder jamás su esencia. A sus premios de interpretación en el Festival de Cannes (1980) y en el Berlín (1982), hay que añadir el Premio Europa de Teatro obtenido en 2001 en reconocimiento a su doble labor como actor cinematográfico y teatral.

Michel Piccoli fue también productor y director. Como director participó en el filme colectivo «Contre l’oibli» (1991) antes de dirigir el corto «Train de nuit» (1994), y los largos «Alors voilà» (1997), premio de la Crítica Italiana en el Festival de Venecia 1997, «La plage noir» (2001) y «C’est pas tout à fait la vie dont j’avais rêve» (2005)

En su vida sentimental, tras un primer primer matrimonio con Eléonore Hirt, se casó en segundas nupcias y por más de once años con la actriz y cantante Juliette Gréco, entre 1966-1977. En 1980 se casó por tercera vez con Ludivine Clerc, en cuyos brazos ha fallecido.