participó en las películas de Tarzán en los años 30 junto a Johnny Weissmuller y era uno de los simios más longevos del mundo que había sobrevido a todos sus compañeros de reparto

La mona Chita ha muerto en el santuario de Primates de Suncoast en Palm Harbor (Florida) a los 80 años. En realidad, se llamaba Jiggs y era un chimpancé macho. Sorprendentemente, el animal ha sobrevivido a todos sus compañeros de reparto y figuraba en el Libro Guiness de los récords como uno de los primates más longevos del mundo.

El santuario de Primates de Suncoast en Palm Harbor (Florida) ha informado en su página web que la inseparable compañera de Tarzán, conocida en el mundo hispano como «mona Chita”, murió el pasado 24 de diciembre a causa de una insuficiencia renal, a los 80 años. La Fundación ha puesto disposición de sus fans un apartado para dedicarle un último adiós.
En realidad, Chita no era una mona sino un chimpancé macho llamado Jiggs. Apareció en cuatro de las películas de Tarzán interpretadas por Johnny Weissmuller: «Tarzán y su compañera» («Tarzan and His Mate», 1934), «Tarzan Escapes» (1936), «Tarzan Finds a Son!» (1939) y «Tarzán en Nueva York» («Tarzan’s New York Adventure», 1942). Hay que señalar que en la primera película de Tarzan junto a Johnny Weissmuller, «Tarzán de los monos» («Tarzán the Ape Man», 1932), Chita fue interpretada por otro chimpancé.
Fue a partir del segundo filme de la serie, «Tarzán y su compañera», cuando Chita sería interpretada por Jiggs. Debutó en el mundo del cine junto con la actriz Maureen O’Sullivan, que daba vida a Jane. Jiggs también ha participado en numerosos telefilmes, anuncios y en películas como «Doctor Dolittle» (1998), siempre destacando sus habilidades cómicas.
A pesar de tanto éxito, la popular mona no ha figurado en los créditos de ninguna de las películas en las que ha actuado, y solo recibió un único premio cinematográfico a toda su carrera. Fue el galardón Calabuch otorgado en el desaparecido Festival Internacional de Cine de Comedia de Peñíscola y coincidió con su 74 cumpleaños. Su presencia junto a Tarzán fue un producto de la industria cinematográfica, dado que no aparece en ninguna de las novelas originales de Edgar Rice Burroughs (creador de Tarzán). De hecho, no figura ningún chimpancé en sus novelas. La más próxima similitud con Chita podríamos encontrarla en Nkima, compañero primate de Tarzán que aparece en varias de las últimas novelas de dicho autor.
Debbie Cobb, director del santuario de primates, asegura que a Chita le gustaba pintar con los dedos y ver reir a la gente. «Tenía una gran habilidad para caminar con los dos pies como los humanos, y parecía tener mucha empatía con los sentimientos de las personas”, ha asegurado.
Chita había publicado su «autobiografía» que, obviamente, no había escrito el simio de su puño y letra, sino que lo hizo un escritor anónimo por encargo directo de la editorial británica Fourth State. Se trata de, según sus editores, de «una obra divertida, conmovedora y honesta». En el libro podemos encontrar por ejemplo, todos los detalles de la lucha del mono contra el alcoholismo y la diabetes, y la relación con su nieto Jeeta, que lo visita a menudo en su residencia de ancianos, donde ven juntos las viejas películas de Tarzán. La «autobiografía» también incide en la faceta de pintor de Chita. Desde su última aparición en la gran pantalla con la película «Doctor Dolittle», en 1967, Chita se mantenía ocupado en la pintura. Pionero del arte abstracto sus cuadros se venden en Internet a beneficio de su propia fundación. Por si no fuera suficiente con estos ingredientes, la biografía también sacó algunos trapos sucios de los compañeros de reparto de Chita: Johnny Weissmuller (Tarzán) y Maureen O’Sullivan (Jane).