La actriz y cantante Jane Birkin ha muerto a los 76 años en París en la manaña de este 16 de julio. Cantante, actriz, personalidad legendaria por su carisma y simpatía, fue encontrada muerta en su domicilio parisino. Hace días, Birkin, anunció la anulación de sus próximos conciertos con un comunicado oficial muy personal: «Sigo siendo muy optimista, como siempre. Dicho eso, soy consciente que necesito algunos días para ser capaz de volver a estar en escena, con vosotros…».

Birkin, nacida en Londres, se instaló en París al final de los años 60 del siglo pasado, casada con el compositor John Barry, padre de su hija Kate. Ese primer matrimonio no duró mucho. Birkin conoció pronto a Serge Gainsbourg, cantante y actor, el hombre de su vida. Fueron una pareja tan célebre como «escandalosa», iconos, a dúo, de un París nocturno que duró poco menos de veinte años, e intérpretes de la canción «Je t’aime, moi non plus» que en 1968 escandalizó tanto que dió la vuelta al mundo alcanzando el número 1 en los hit parades musicales, incluida España, donde en un principio se le escapó a la feroz censura franquista, sonando frecuentemente por las radios privadas, hasta que los censores se percataron de su mensaje y la prohibieron retirando todos los discos del mercado: demasiado tarde, el tema estaba ya en el número 1 de ventas..

La pareja Birkin-Gainsbourg tuvo una hija, Charlotte Gainsbourg, cantante y actriz, como sus padres, pero la pareja solo duró una larga década. Gainsbourg corrió en busca de otras mujeres, Birkin, formó pareja con el director de cine Jacques Doillon, padre de su hija Lou Doillon. Tras la ruputura de esa segunda gran aventura amorosa, entre 1980 y 1992, Birkin decidió vivir su vida «definitivamente libre».

La actriz participó en poco menos de cien películas, con cierto éxito, sin llegar a rodar obras mayores de la historia del cine, desde su breve aparición en «Blow Up», de Michelángelo Antonioni, hasta «La piscina», «La miel» (rodada en España por Pedro Masó), Muerte bajo el sol», «Muerte en el Nilo», «Dust», «On Connait la chanson», «La hija de un soldado nuna llora» o «El último verano» .

Con su acento profundamente inglés, siempre, a pesar de haber vivido más de medio siglo en Francia, Jane Birkin fue una personalidad profundamente parisina, cuya simpatía, su sinceridad y libertades, seducían a jóvenes y menos jóvenes. Con los años, Birkin quizá perdió parte de su alegría juvenil, para ganar en profundidad y humanismo, de cierta gravedad melancólica. Quizá esa evolución le confiere un puesto muy particular en la escena de la música ligera francesa del último medio siglo.