Cada vez que confirmaba a una súper estrella para la ceremonia hacía sonar un enorme gong dorado fuera de su oficina

Gilbert (Gil) Cates este lunes 31 a los 77 años tras desvanecerse en el campus de la UCLA. La causa de la muerte no se conoce de momento. Produjo más premios de la Academia y transmisiones por televisión que ninguna otra persona, con un récord de 14 entregas de los Oscar, la más reciente de 2008, la cual se realizó cuando el programa corría peligro por la huelga del Sindicato de Escritores.

A Cates le gustaba el cargo, y aseguraba que el Oscar era un «trabajo absolutamente genial». Creó un grupo de trabajadores leales, que en la mayoría de los casos habían estado con él por muchos años, y realizó la misma labor en cinco décadas de carrera profesional: Armar un espectáculo. «Uno prepara las cosas, sale y de pronto algo sucede», dijo en una entrevista antes de su 13ª entrega de los Oscar.
A Cates se le reconoce por revitalizar la ceremonia y hacer que los comediantes como Billy Crystal, Steve Martin, Whoopi Goldberg, Chris Rock y Jon Stewart fueran sus conductores y crearan un modelo para el programa que se ha seguido usando por años. Cada vez que confirmaba a una súper estrella para la gala hacía sonar un enorme gong dorado fuera de su oficina: Jamie Foxx ¡Gong! Jennifer Aniston ¡Gong! Sandra Bullock ¡Gong! El gong, al igual que sus palabras en yiddish y algunas groserías ocasionales, era una forma de representar el encanto de Cates y su liderazgo.
El presidente de la academia Tom Sherak ha dicho que Cates era un colega, amigo y «profesional consumado». Cates «le dio a la academia y al mundo algunos de los momentos más memorables en la historia de los Oscar», dice Sherak en un comunicado. «Su muerte es una gran pérdida para el sector del entretenimiento, y nuestras oraciones están con su familia».
Cates era también el director de producción y fundador de Geffen Playhouse y fundador de la Escuela de Teatro, Cine y Televisión de la UCLA. Además, como realizador, dirigió 33 películas, entre las que se encuentran «Nunca canté para mi padre», que estuvo nominada a tres Oscar en 1971, «Deseos de verano, sueños de invierno» (1976), que obtuvo dos nominaciones, y «La última pareja», además de numerosos telefilmes.