COLABORÓ EN LOS GUIONES DE «Ben Hur» o «De repente el último verano», entre otras películas

El escritor, guionista y autor teatral Gore Vidal,ha fallecido este martes 31 de julio a la edad de 86 años en su casa en Hollywood Hills por complicaciones de una neumonía. Vidal había nacido en West Point (Nueva York) el 3 de octubre de 1925. El importante legado literario de Gore Vidal incluye una serie de novelas históricas «Burr», «1876», «Lincoln» y «La Edad de Oro», entre otros – así como la rompedora comedia satírica transexual «Myra Breckenridge».

Pero Vidal es reconocido sobre todo por su actividad como ensayista y crítico, que desarrolló sobre todo en periódicos y publicaciones en el último cuarto del siglo pasado.
Entre sus obras, a caballo entre la ficción y la realidad, destacan su trilogía histórico política, formada por «Washington D.C.» (1967), y las citadas «Burr» (1973) y «1876» (1976), en las que reflejó con su particular y muy personal visión la historia de EE UU. En 1995 salió a la luz su libro de memorias, «Palimpsesto», en el que recogió su amistad con colegas, como Norman Mailer, Truman Capote o Tennessee Williams, y otros iconos estadounidenses como Orson Welles, Frank Sinatra, Marlon Brando, Paul Newman, Joanne Woodward –con quien mantuvo una relación sentimental- Eleanor Roosevelt y varios Kennedy, además de reconocer que con 25 años ya había mantenido más de 1.000 encuentros sexuales con hombres y mujeres.
En 1954 se había instalado en Hollywood y escribir para la industria como un modo para ganar dinero fácil. Entre 1956 y 1970 colaboró en siete guiones, entre ellos los de «Ben Hur» o «De repente el último verano», junto a Tennessee Williams. Él mismo también intervino como actor en varias películas como «Roma», de Federico Fellini, «Gattaca» o «Ciudadano Bob Roberts». Incluso tenía su propia versión animada en las series de dibujos, «Los Simpson» y «Padre de Familia».
También escribió el guion original para la controvertida película «Calígula», pero posteriormente su nombre fue suprimido por el director Tinto Brass, y el productor reescribió el guion cambiando el tono y la temática del mismo. Irónicamente, en un intento fallido por restaurar la visión original de Vidal durante la posproducción, la película terminó convirtiéndose en algo que ni Vidal, ni Tinto Brass o Malcolm McDowell, su protagonista habían imaginado.