El cineasta Kiju Yoshida, conocido durante parte de su carrera como Yoshihige Yoshida, uno de los integrantes de la nueva ola de cine japonés de los años 60, ha fallecido este 8 de diciembre a los 89 años a consecuencia de una neumonía. El cineasta llevaba retirado de la dirección desde el inicio del Siglo XXI. Fue uno de los principales miembros de la Nueva Ola japonesa. Entre los 60 y los 70, y en el marco de la conocida productora Shochiku, Yoshida se había unido a otros jóvenes autores inquietos como Nagisa Oshima y Masahiro Shinoda para, en un guiño a los franceses, autoproclamarse como la Nouvelle Vague japonesa. Previamente Yoshida había trabajado en Shochiku durante casi una década, debutando como ayudante de dirección junto a Kinoshita Keisuke o el legendario Yasujiro Ozu.

En 1960 debutó a la dirección con «El inútil y La sangre seca», estrenando al año siguiente «Amargo final de una noche», con una marcada crítica social, que junto a los citados Oshima y Shinoda le convirtió en un rebelde a ojos del estudio. Poco después dirigió «Primavera en Akitsu» con la actriz Mariko Okada, con quien se casaría para a continuación abandonar Shochiku y fundar su propia productora, Gendai Eigasha. Okada fue la estrella habitual de las películas de Yoshida durante el resto de la década, destacando «La mujer del lago o Adiós, resplandor de verano».

En 1960 dirigió su película más famosa, «Eros y Masacre», que llegó a estar nominada al Oscar a Mejor película de habla no inglesa, una ambiciosa epopeya de casi cuatro horas sobre la vida del anarquista Sakae Osugi en los años 20. «Eros y Masacre» dio pie a una trilogía sobre figuras revolucionarias completada por «Purgatorio heroico» y «Golpe de estado», que a la vez insinuaron un interés de Yoshida por el documental. De este modo a principios de los 70 se marchó a vivir a México para rodar una película que nunca terminó, y a la vuelta desarrolló varios documentales antes de que en los 80 volviera a la ficción por todo lo alto: «La promesa» llegó en 1986, y más tarde compitió en Cannes con su adaptación de Emily Brontë, «Cumbres borrascosas».

En Cannes de 2002 estrenó uno de sus últimos y más aclamados trabajos, «La mujer en el espejo», sobre la bomba atómica de Hiroshima. Además de sus celebradas aportaciones cinematográficas, Yoshida también se dedicó a la escritura, publicando una novela sobre el líder nazi Rudolf Hess y varios ensayos, incluyendo un análisis de la filmografía de su mentor Yasujiro Ozu y una reflexión de teoría cinematográfica escrita a cuatro manos con Funahashi Atsushi.