Hermana de Emma Penella y Elisa Montés, pertenecia a una ilustre dinastía de artistas. Ganó el Goya por «Las brujas de Zugarramundi»
La actriz Terele Pávez ha fallecido este viernes 11 de agosto por la tarde a causa de un derrame cerebral en el madrileño Hospital de la Paz de Madrid, según ha confirmado el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA). Hija del político Ramón Ruiz Alonso y de Magdalena Penella Silva (hermana de Teresita Silva), pertenecía a una dinastía de artistas.
Era nieta y bisnieta respectivamente de los compositores Manuel Penella Moreno y Manuel Penella Raga, era hermana de las también actrices Emma Penella y Elisa Montés. Además, era tía de la actriz Emma Ozores (hija de su hermana Elisa y del actor Antonio Ozores). Su apellido artístico Pávez provenía del segundo apellido de su abuela materna, Emma Silva Pávez, de origen chileno, y que utilizaba para distinguirse artísticamente de sus hermanas.
Terele Pávez (Teresa Marta Ruiz Penella) había nacido en Bilbao el 29 de julio de 1939. Debutó a los 12 años de la mano de Luis García Berlanga en «Novio a la vista». Sigue el camino emprendido por sus hermanas y pronto quiere dedicarse también al mundo de la interpretación. Su voz desgarrada y cierta fama de actriz trágica la llevan a encarnar en múltiples ocasiones a la mujer que vive al borde de la miseria, resentida por la rabia y la desesperación.
Miguel Narros o Adolfo Marsillach fueron algunos de los que impulsaron su carrera cuando esta aún no había emprendido el vuelo. «La Celestina» de 1978, con Irene Gutiérrez al mando, consolidó un camino de éxito firme. Pero fundamentalmente Terele Pávez ha sido una de las grandes secundarias del cine español, gracias a películas como «Laura, del cielo llega la noche», «Diario de invierno», «La comunidad», «Balada triste de trompeta» o, especialmente, «Las brujas de Zugarramundi», la película que le valió constatar con un Goya la valía de toda una carrera.
Destaca a la vez en teatro, a las órdenes de Miguel Narros o Adolfo Marsillach; en 1968 protagoniza con éxito «La casa de las chivas», que también realiza para Televisión española, además de intervenir en algunos espacios dramáticos («Estudio 1», «Novela»). En 1978 interpreta el personaje de Elicia en un montaje de «La Celestina» encabezado por Irene Gutiérrez Caba.
Su presencia en cine es intermitente durante las décadas de 1960 y 1970, reduciéndose a papeles secundarios como el de Mauricia en «Fortunata y Jacinta», película que produce su cuñado Emiliano Piedra y protagoniza su hermana Emma Penella, e interviene en las series de televisión «Juan y Manuela», «Cañas y barro» y «La barraca». Trabaja también en filmes atrevidos típicos de la Transición como «Tatuaje» (1976) de Bigas Luna y «Carne apaleada» (1978) de Javier Aguirre junto a Esperanza Roy. En esa época nace su único hijo, Carolo, fruto de la relación entre Terele y el editor José Benito Alique. Previamente, a mediados de la década de los 60, la actriz había mantenido un noviazgo con el pintor guipuzcoano Rafael Ruiz Balerdi, quien la retrató en varias ocasiones.
Tras un tiempo de menor actividad, en 1983 Mario Camus le ofrece el personaje de Régula en la película basada en la novela de Miguel Delibes «Los santos inocentes», trabajo cumbre en su carrera que le reporta un reconocimiento unánime. Poco después encarna a la última mujer ajusticiada por garrote vil en «El caso de las envenenadas de Valencia», capítulo de la teleserie «La huella del crimen» que dirige Pedro Olea y ahonda en su potencial dramático.
Trascendental fue también Álex de la Iglesia para el devenir de su trayectoria. En 1995 la recuperó para su ya mítica «El día de la bestia», logrando extraerle una vena casi cómica que nunca se le había visto. Su relación con el también bilbaíno era especial. «La comunidad» significaría su nominación al Goya de la mano de De la Iglesia, compartiendo pantalla con Carmen Maura. Pero no lo logró: se lo llevó Julia Gutiérrez Caba. «Balada triste de trompeta» fue la siguiente en la nutrida lista. Con «Las brujas de Zugarramundi» se haría con el ansiado Goya, en el año 2014. «Mi gran noche» y «El bar» fueron sus dos últimos trabajos con quien más hizo por elevar su figura, y los que a la postre cerrarían una carrera para el recuerdo. También triunfó en televisión, donde recientemente participó en la serie «Cuéntame como pasó».
Fuera de los estrictamente relacionados con su trabajo, recibió premios como el otorgado por su vinculación con la obra cumbre de Fernando de Rojas, entregado por el Ayuntamiento toledano de La Puebla de Montalbán en 2008, y bautizado como primer Premio Celestina.