El Festival de Cine Americano de Deauville le dedica un homenaje y retrospectiva

Los 20 millones de libras necesarios para volver a intentar rodar «The Man Who Killed Don Quixote» fueron cancelados hace ahora seis semanas. Como en 2000, Terry Gilliam (Minneapolis, 1940) se ha visto obligado a suspender la producción. «No dejo de saber que un dia rodaré la historia. Lo que sé es que no va a ocurrir ahora, como habíamos planeado y con la preproducción muy avanzada».

De hecho, en un encuentro que he mantenido con el autor de «Brazil» este mediodía en la suntuosa Villa Cartier de Deauville, donde el Festival le dedica un homenaje y retrospectiva, me ha contado como se encontraba satisfechísimo del nuevo guión, «hemos mantenido la historia, pero ahora se desarrolla en nuestro tiempo, es una historia contemporánea» y el reparto. El ingenioso hidalgo de La Mancha estaría interpretado por Robert Duvall: «es una enorme actor, gran jinete y está casado con una dama argentina».

Para el rol que ya rodó Johnny Depp, «imposible contratarle ahora, su caché es cósmico», el actor francés Robert Du Pontel. Gilliam está muy ocupado hasta el verano de 2011, pero piensa ponerse a buscar la financiación de la tercera «Quijotada»: «dicen que a la tercera, va la vencida». Le pregunto que si no se considera un Quijote haciendo un cine tan personal e idiosincrásico ahora mismo: «del todo. Además, una vez que Don Quijote entra en tu vida…quedas infectado para siempre. Don Alonso Quijano es un tipo muy peligroso».

¿Cuáles son los molinos con los que lucha hoy en día? «¡¡¡Muchos!!! Buscar la financiación y dónde. Atarla. Garantizarse una buena distribuición. Llegar a la mayor audiencia posible. Erigir la mejor y más acertada publicidad. Luchar por el poster…Y estoy viejo. Cuando acabo un rodaje, estoy muy cansado. Antes hacia mis propios posters… ahora no tengo fuerzas. Y siempre queda la promoción por delante….agotadora y muchas veces, inútil».

Pero Gilliam no esta cansado. En mayo de 2011 y en la National Opera de Londres dirigirá «El pacto de Fausto», de Berlioz. ¿Su peor pesadilla? «Mi carrera» ¿Su sueño recurrente? «Dirigir «The Man Who Killed Don Quioxote» ¿De qué se sigue riendo el único americano del grupo ultrabritánico Monty Python? «En público, de todo. En casa, de nada. Pregúntele a mi mujer». Cuando tuvo que suspender en Guadalajara -tras las inundaciones que destruyeron los platós y la enfermedad de Jean Rochefort- el rodaje quijotesco, tal y como se ve en el documental «Lost in La Mancha», no se enfadó, ni hizo un mal gesto, ni gritó. ¿Es usted un optimista incurable? «Lo que soy es un pesimista mal informado». Enorme carcajada «made in Terry Gilliam».