LA PELÍCULA, PROTAGONIZADA POR EL PROPIO CINEASTA JUNTO A JENNIFER CONNELLY MUESTRA LA CARA MÁS OSCURA DEL SUEÑO AMERICANO

El actor escocés Ewan McGregor debuta en la dirección con «American pastoral», filme con el que opta a la Concha de Oro en la 64 edición del Festival de San Sebastián, donde en el 2012 fue galardonado con el Premio Donostia en reconocimiento a toda su carrera.

La película, que se desarrolla a lo largo de dos décadas, desde mediados de los años 50 hara mediados de los 70 del pasado siglo, cuenta el drama de Seymour Levov, «el sueco», un atleta legendario en sus años de instituto que se convierte en un exitoso hombre de negocios casado con Dawn, una ex reinsa de belleza. Cuando su hija Merry, que con la adolescencia se convierte en una rebelde, es acusada de haber puesto una bomba, «El Sueco» se dedica a buscarla y a reunir a su familia.

«Seguimos dando vueltas al pasado» manifestó McGregor este viernes durante la rueda de prensa que ofreció en el Kursaal para presentar el filme, basado en la novela homónima de Philip Roth en la que narra la dimensión más oscura del sueño americano de los años 60.

El actor y director es padre de cuatro chicas, por lo que, asegura, se ha sentido muy involucrado con esta película. De hecho la mayor de ellas, de 20 años, está en la universidad, por lo que de alguna forma él mismo ha experimentado una «sensación de pérdida» a medida que crecía y se alejaba del hogar familiar. McGregor considera además que existen «similitudes» hoy en día con las familias que ven como sus hijos se convierten en terroristas del Daesh y colocan bombas contra civiles, aunque precisó este viernes que no ha hecho esta película para mostrar un paralelismo, sino que la historia «es importante en sí misma».

Su obsesión por este relato fue tan fuerte que ya tiene el feedback de Roth -a quien le ha gustado la adaptación- y confiesa que durante ocho o nueve meses vivió «dentro de la novela», de la que incluso encontró una grabación y la escuchaba una y otra vez mientras conducía o salía a hacer deporte. Sobre su incursión en el mundo de la dirección, McGregor (Perth, Escocia, 1971) admite que nunca ha leído críticas como actor y que tampoco leerá ahora comentarios sobre su debut tras las cámaras, puesto que su único objetivo, defiende, es «hacer sentir algo en pantalla». No obstante, confiesa que ha tenido alguna pista sobre la reacción en el público: «Entiendo que no todas las críticas han sido positivas y mis amigos me lo dicen».

Sus referencias han sido «todos los directores» con los que ha trabajado, aunque cita tres nombres clave para él: Woody Allen, Danny Boyle y Roman Polanski. En su primera experiencia, ha intentado que las interpretaciones contaran esta historia y que esta no dependiera de los movimientos técnicos de la cámara. Respecto a la secuela de «Trainspotting» (1996), el actor explicó en San Sebastián que estuvieron rodando esta segunda parte entre mayo y julio con el elenco de actores y muchas de las personas que habían compuesto 20 años antes el equipo de Daniel Boyle, el director de la película, a quien confesó haber echado de menos estos años. «Ha conseguido lo mejor de mí como actor, ha marcado una referencia muy alta», reconoció.

Por su parte, Jennifer Connelly, que da vida en esta película a Dawn, una madre que experimenta un viaje «doloroso y largo», en el que busca algo «auténtico y bueno» que representa su hija, Merry. Su amor es «potente y puro», pero cuando la pequeña alcanza la adolescencia rechaza a su progenitora y eso se convierte en algo «devastador» para ella, en palabras de la actriz. Lejos de representar «una falta de amor»,

Connelly defendió este viernes que la postura que adopta al rechazar su vida demuestra lo que su hija significa para ella y que no puede continuar viviendo de la misma manera.»Me ha intrigado el personaje de Dawn, porque es fuerte, quebradiza, con una compleja personalidad y que mantiene su lucha como madre. No puedo imaginar experimentar ese tipo de pérdida. Tengo tres hijos y son un tesoro para mí, no sé cómo me sentiría», confesó la actriz acerca de la trama. Connelly también respondió acerca del artista británico David Bowie, fallecido en enero de este año, con quien trabajó cuando solo tenía 14 años en la película Dentro del laberinto. Destacó que se convirtió en un «héroe» para ella y que fue todo un «artista» y un «pionero».