«Spain Spain” se estrena en el Teatro del Barrio de Madrid
«Spain Spain” tiene un arranque originalísimo: El desconcierto de un secretario de Estado porque se ha creado un país llamado España, en centroeuropa, cerca de Montenegro. La primera escena de la obra ofrece unos diálogos hilarantes en medio de una situación insólita. Pero a partir de ahí la obra decae: Carece de síntesis, trata demasiados temas, y de manera rápida, a veces incluso en la forma de decirlo por parte de los actores.
«Spain Spain” consta de numerosas escenas, lo que obliga a varios oscuros en el escenario para cambiar de decorado: Eduardo Haro Tecglen sostenía que los segundos en teatro se hacen eternos. Pero la obra, escrita y dirigida por Delfín Estévez, que también actúa, se refiere a asuntos que remueven la conciencia del espectador, de los que se desarrollan en el subsuelo de la política mientras el mundo mira hacia otro lado: El drama de la inmigración, las guerras que se provocan de manera artificial en países incómodos, la ambición que se genera en torno a la riqueza que a algunos sitios le aporta la naturaleza. Pero todo ello se mezcla con asuntos como el descontrol de los políticos, el amor/desamor, el poder de la televisión, los conflictos familiares, o el castigo que reciben «los ingenuos” en una sociedad diseñada para los ganadores. En realidad todo ello es interesante, mucho, pero resulta excesivo para una función de 80 minutos. El montaje invita a la reflexión, pero introduce al público en una noria.
Sobresalen las buenas intenciones de todos: En el mensaje, en la puesta en escena. La interpretación de Lola Polo, Óscar Silva, María José Gil, David Lázaro y Delfín Estévez es equilibrada y, a veces, llena de acierto. Y ciertas frases quedan escritas en el aire. Como la pregunta que la traductora formula al jefe de gabinete del secretario de Estado con afán expansivo a toda la clase política: -”¿Pero usted en qué cree?”.