La actriz repasa una vida escandalosa entre platós y compañeros de repartos

Puede que la otrora «peligrosa» Shirley MacLaine haya cambiado por un peculiar misticismo y que recorra entero el Camino de Santiago, pero la pizpireta pelirroja de ojos verdes y chica del «rat pack» de Frank Sinatra sigue siendo una «pecadora». En una entrevista televisada, la actriz memorable de «El apartamento» e «Irma La Dulce», ambas junto al añorado Jack Lemmon reveló una vida escandalosa sin cortarse un pelo.

Por ejemplo, confesó haber yacido bíblicamente con tres hombres diferentes en un sólo día y que su matrimonio de tres décadas había sido totalmente «abierto». También anunció que jamás volvería a casarse y que sentía nostalgia de sus tiempos con el rat pat de Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis jr. y Peter Lawford, el que surtía de amantes a sus cuñados los dos Kennedy’s, John y Robert, Marilyn Monroe incluída.

Añadió: «Tuve muchos líos amorosos y amantes maravillosos. No eran escapadas sexuales, estábamos dentro de una campaña electoral y yo no me quise quedar fuera». Aunque se confesó una «convencida monógama» y que ser promiscua no era su estilo, pactó con su marido que él también tendría sus aventuras aún dentro del vínculo matrimonial. «Siempre fuimos buenos amigos». También se le preguntó si era cierta la leyenda de que se acostó con todos sus compañeros de reparto. La hermana de Warren Beatty y cuñada de la deliciosa Annette Bening replicó: Con el único con el que no me lié fue Jack Lemmon. Era todo un corazón de dulzura». Añadió: «Jack no tenía esa aura peligrosa, esa complicación del sexo que me atraía tanto en un hombre».

Preguntada por el más peligroso, la actriz señaló a su compañero en «Terms of Endearment»: «Jack Nicholson era sexo en movimiento, verdaderamente peligroso». Se le preguntó si se consideraba a sí misma «viejo Hollywood» y si Sinatra y compañía conocían el legado que dejarían. «No, no sabíamos ni siquiera quiénes éramos. Yo tenía entonces 20 años y vivíamos nuestras vidas con total autenticidad, con nuestros sueños y nuestros miedos. Pero no nos conocíamos bien. A mí, Dino, Sammy, Peter y Frank me trataban como a su mascota. Y yo me encargaba de reorganizar los líos que formaban».

Se le dió a elegir durante la entrevista sus relaciones más memorables y se quedó con dos, Robert Mitchum e Yves Montand. No quiso decir nombres, pero reconoció haberse liado con muchos de sus directores, aduciendo: «Ya se sabe, lo que sucede en un plató… se queda en un plató. No sale de ahí, nadie habla». En cuanto a su hermano pequeño, Warren, dijo: «Ya de pequeño se me pegaba como una lapa porque quería alternar, de niño, con mis amigas. Y yo le decía, no, no, vete a casa». Su relación actual con él, tras etapas de total distanciamiento, es fuerte. «Le veo cada vez que estoy en California. Tiene una vida y familia formidable». Una nota triste en la pícara conversación. El recuerdo de su querida amiga Elizabeth Taylor. «Era mi mejor y más vieja amiga. La echaré siempre de menos».