EL DIRECTOR DE «EL PIANISTA» PRESENTA EN LA COMPETICIÓN DEL FESTIVAL DE CANNES SU ADAPTACIÓN DE LA NOVELA DE LEOPOLD VON SACHER-MASOCH

Roman Polanski descubrió «La Venus de las Pieles» en Cannes. El año pasado, cuando presentó la copia restaurada de «Tess» en la sección Cannes Classics, su agente le recomendó la novela de Leopold von Sacher-Masoch, un autor cuyo apellido dio origen al masoquismo. Un año más tarde, el director recompensado con la Palma de Oro por «El Pianista» en 2002 presenta esta adaptación cinematográfica en competición, lo que le podría reportar una segunda Palma.

Solo en un teatro parisino después de un día de audiciones de actores para la pieza que va a presentar, Thomas se lamenta al teléfono por la mediocridad de los candidatos. Ninguno tiene la envergadura necesaria para el papel principal. Cuando se disponía a partir, llega Vanda, verdadero torbellino de energía, desenfrenada y avispada. Vanda encarna todo lo que Thomas detesta. Es vulgar, atolondrada y no retrocedería ante nada para obtener el papel. Pero cuando Thomas, sintiéndose obligado le deja probar suerte, queda perplejo y cautivado por la metamorfosis de Vanda. No solamente ha adquirido accesorios y vestuario, sino que también comprende perfectamente el personaje (tienen el mismo nombre) y conoce todas las líneas de memoria. Mientras la «audición» se prolonga y aumenta la intensidad, la atracción de Thomas se transforma en obsesión…

«El texto era tan divertido, que me reía solo. Es bastante extraño» ha reconocido Polanski. La ironía, la sensualidad y la feminidad de «La Venus de las pieles» eran irresistibles: Roman Polanski encontró así el tema de su próxima película. Y rápidamente se dio cuenta de que era un personaje perfecto para Emmanuelle Seignier, su esposa, con quien trabaja nuevamente nueve años después de «La novena puerta».

En esta oportunidad, su personaje es Vanda, una actriz medio atolondrada y vulgar que deja perplejo a Thomas (Mathieu Amalric), un director desesperado. Tras un largo día de audiciones fallidas, llega Vanda, quien encarna todo lo que Thomas detesta, pero es perfecta para el papel. Se forma entonces un vínculo de fascinación y manipulación, de dominación y sumisión entre los dos personajes de teatro.

No es la primera vez que Roman Polanski se inspira en el teatro. Dirigió la adaptación al cine de «Un dios salvaje», de Yasmina Reza, que lleva el mismo nombre, un sofisticado juego de masacre en el que se enfrentan Jodie Foster, Kate Winslet y Christoph Waltz.

Para «La Venus de las pieles», Roman Polanski ha realizado algunas modificaciones, superando el desafío de hacer que los personajes formen una unidad buscando «no aburrir al espectador». La sala de audiciones de la novela de Masoch se convierte en un escenario de teatro en la película, multiplicando las posibilidades de movimientos y de situaciones y creando una atmósfera aterciopela para el largometraje.

Según el cineasta, «La venus de las pieles» es una obra perfecta para Emmanuelle Seigner: «Todavía no había dirigido nunca una película en francés, esa era la motivación. Al leer la obra, me dije, he aquí una obra perfecta para Emmanuelle, pero para que ella pudiera exprimir a fondo el personaje hacía falta que fuera en francés». Sobre la posible misoginia de su película, ha explicado: «To no creo en la equiparación entre hpmbtrs y mujeres. No creo que se pueda afirmar que la obra es misógena, eso depende del punto de vista. Cuando se montó