El certamen de Calanda estrenó «La trampa de la luz» dirigida por Alfonso Arau

La VI Edición del Festival «22 X don Luis» celebrado en Calanda, ha premiado a Emilio Aragón por «Pájaros de papel» y Nacho Blasco Por «El sobrino». Un viaje que se inició en Calanda y que ha transcurrido por territorios imaginarios, más allá de la pantalla, y sin fronteras.

El certamen, que lleva el epígrafe de «Películas ue hubiera querido ver Buñuel, ha concedido además diferentes menciones: Mejor Equipo a «Malta Radio», dirigida por Manuel Menchón; Mejor Guión a Juan Millares por «El Pabellón Alemán»; Mejor Dirección a Javier Rebollo por «La mujer sin piano», Mejor Actor a Alberto San Juan por su interpretación en «La isla interior», dirigida por Dunia Ayaso y Félix Sabroso; y Mejor Actriz a Carmen Machí por su interpretación en «La mujer sin piano», dirigida por Javier Rebollo
Calanda ha logrado en su VI edición del Festival 22 x Don Luis, convocar a más de 3.000 espectadores en su cita anual con Buñuel y con el cine de autor en este Festival que presentó más de cuarenta trabajos entre largometrajes, cortometrajes y otras disciplinas que nos acompañaron en ese viaje a través del cine, la fotografía, los debates, los libros y la creación.
En la edición de este año se proyectaron films dirigidos por Juanma Bajo Ulloa, Sonia Llera, Mario Pons, Alfonso Domingo, Eliseo de Pablos, Jon Garaño, Raúl López, Alberto Rodriguez de la Fuente, José Luis García Pérez, Nacho Blasco, Javier Rebollo, María Trenor, Rafael Gordon, Javier San Román, Dunia Ayuso, Félix Sabroso, Leonor Bruna, Vladimir Cruz, Susana Rey, Juan Millares, Manuel Menchón, Franco Brogi Taviani, Carlos Grau, Emilio Aragón, Antonio Llorens, Javier Espada y los mexicanos Alfonso Arau, Oriana Alcaine, Alejandra Márquez y Rigoberto Perezcano.
También se contó con la presencia de Jerónimo Álvarez y su exposición «Retratos del cine español». Con la presentación de «Voces en el espejo» de Sonia Llera y del libro «Las 100 mejores películas del cine francés» de Miguel Angel Barroso.
El domingo 1 de agosto tuvo lugar una mesa redonda en la que se habló de «viajes, cultura y cine» moderada por Eduardo Moyano, con la participación de Asunción Balaguer, Rosa María Calaf y Antonio Lloréns. También se recordó con afecto a Alberto Sánchez, el director del Festival de Cine de Zaragoza con el premio «Alberto Sánchez» que se ha establecido desde la Coordinadora de festivales de Aragón.
Con el emotivo documental dirigido por Juanma Bajo Ulloa «Historia de un Grupo de Rock» comenzaron las proyecciones al aire libre. Tras ella tuvo lugar la actuación del grupo «Pulmón del barrio» al que se sumó Mariano Casanova para interpretar una canción con ellos.
Entre las actividades paralelas, destacó el éxito en el taller infantil para la realización de un cortometraje, impartido por los profesores Carlos Gomes y Andrés Cisneros, en el que un grupo de niños calandinos aprendieron los entresijos del cine, además de actuar.
También se puso en marcha una nueva sección del festival denominada «Calanda de cine» con la que se pretende la filmación de un cortometraje durante el Festival, convirtiendo a Calanda en lugar de rodajes, con la intención de dar a conocer las posibilidades que Calanda y, por extensión, el Bajo Aragón y las comarcas cercanas pueden ofrecer para la filmación de películas. Con guión y dirección de Javier Espada se filmó el cortometraje «Residencia el Milagro» contando con la actuación desinteresada de: Asunción Balaguer, Vladimir Cruz, María Jesús Hoyos, Isabel Prinz, Antonio Llorens, Mar Muro, Mario Patané, Franco Brogi Taviani y Rosa Mª Calaf, además de contar con la participación de un grupo de calandinos que actuaron como figurantes.
El Festival estrenó «La trampa de la luz» («L’imbroglio nel lenzuolo») dirigida por Alfonso Arau y con una magnífica fotografía debida a Vittorio Storaro. Entre los actores destacan Geraldine Chaplin y Miguel Angel Silvestre.
El broche final lo puso el Cine-Concierto con música compuesta e interpretada por Michaël Bentz para acompañar «Las Hurdes» dirigida por Luis Buñuel en 1933. La música permitió a los asistentes la contemplación de una «nueva» obra, al prescindir de comentarios (salvo los textos en pantalla), aportando una especie de dignidad a los territorios y las personas, sin enfatizar la miseria, sin subrayar la tragedia, dotando de la distancia que pretendió Buñuel con comentarios en tono neutro y con la música de Brahms.
El concierto se convirtió en una oportunidad excepcional para volver la mirada hacia la película rodada por Buñuel en la comarca de Las Hurdes, punto final de los viajes en esta 6ª edición de un Festival que, todos los veranos, abre una ventana al cine de autor en el patio del CBC, y enciende la lámpara del proyector para contribuir a que se mantenga viva la pasión por el cine.