«Una altra Fedra, si us plau», una lectura comentada y dramatizada en sesión única este sábado como apertura de temporada

El barcelonés Teatre Lliure de Montjuïc rememorará este sábado 7 de septiembre la figura del escritor y poeta catalán Salvador Espriu, con la programación de «Recordant la Fedra». Se trata de la lectura de la obra «Una altra Fedra, si us plau», que el autor escribió a petición de la Compañía Núria Espert y estrenada en 1978 bajo la dirección del dramaturgo Lluís Pasqual.

La obra se estrenó hace 35 años en el Teatre Municipal de Girona y en el Teatre Barcelona, dirigida por Pasqual con un reparto liderado por Espert en el papel de Fedra, que contó además con Carme Carbonell, Joan Sala, Gabriel Renom, Abel Folk y la escenografía y vestuario de Fabià Puigserver y la musica de Josep Maria Arrizabalga.
La lectura de esta obra se ha vuelto a programar en una sesión única como arranque de la temporada del Teatre Lliure y como homenaje al autor, en una reposición en la que los protagonistas irán comentando recuerdos de la gestación de aquella primera Fedra en una época convulsa, han explicado. Estos comentarios versarán sobre aquella época, el año 78, cuando se produjo la condena de Els Joglars, y cuando el expresidente de la Generalitat Josep Tarradellas fue por primera vez al teatro tras regresar del exilio.
De esta manera, Nuria Espert volverá a protagonizar la obra en el papel de Fedra, mientras que el resto de intérpretes serán Montserrat Carulla, Abel Folk, Pere Arquillué, Josep Bassal, Joan Fonseca, Laura Aubert, Paula Blanco, David Verdaguer y el mismo Pasqual, además de contar la lectura con música original de Josep Maria Arrizabalga y piezas de Johann Sebastian Bach.
Fue la propia Espert quién solicitó la escritura de esta obra al mismo Espriu, de quien recuerda el día en que le entregó el manual con su «pequeñísima letra» y, al no poder contenerse, lo leyó bajando las escaleras del despacho del escritor, situado en el paseo de Gràcia. La actriz ha explicado que el trabajo de Espriu era demasiado corto en extensión, debido a un divertido malentendido entre ambos, aunque el resultado final fue un espectáculo «único y especialísimo» que más era una tragedia espriuana que griega. Además, ha recordado a un jovencísimo Lluís Pasqual en sus inicios como director, cuando «parecía un angelito».
Igualmente, Pasqual ha recordado a Espriu, sobre todo, como un hombre con un gran sentido del humor, «falsamente pedante y trascendente detrás de su apariencia de astronauta», asegura.