El director de «Los descendientes» presenta en Cannes «Nebraska», una comedia ambientada en su tierra natal

Alexander Payne («A propósito de Schmidt») ha presenyado este jueves en la competición del Festival de Cannes «Nebraska», una especie de regreso al hogar para el director de la exótica «Los descendientes». «Nebraska», que ha traido el humor a Cannes, algo que la competición necesitaba tras la densidad cinematográfica de los últimos días, es una road movie con toques de comedia rodada en blanco y negro. Destino: su tierra natal.

La película sigue a un tipo llamado Woody Grant, al que da vida Bruce Dern, que ha obtenido el premio gordo: un millón de dólares en una lotería que debe ir a a reclamar en las Grandes Llanuras de Nebraska. Este padre de familia alcohólico emprende un viaje desde Montana con uno de sus hijos (interpretado por Will Forte), pero el viaje no será precisamente tranquilo. A medida que pasan los kilómetros, reaparecen familiares y conocidos, y el pasado del padre sale a flote.
Las Grandes Llanuras de Nebraska siempre han inspirado a Alexander Payne. Empezando por su primer largometraje, «Citizen Ruth» (1996), la historia de una drogadicta embarazada atrapada entre el juez que la empuja a abortar y un grupo de activistas provida. Allí filma también «A propósito de Schmidt», película que contó con la actuación de Jack Nicholson, así como «Election», filmada en 1999 en Omaha, su ciudad natal.
Ahora, después del éxito de «Los descendientes», que rodó en Hawaii, Alexander Payne regresa a los grandes espacios familiares de Nebraska, aunque no duda en abandonar sus costumbres de rodaje. Este realizador, que se confiesa «admirador del poder de los actores» como Jack Nicholson y George Clooney, emplea en esta ocasión a dos actores aficionados en su película. También deja a un lado el color, y presenta la única película en blanco y negro de la Competición. El resultado un enorme aplauso y otro título a tener en cuenta.
Alexander Payne se ha presentado en la conferencia de prensa tras la proyección matinal rodeado de los actores: Bruce Dern, Will Forte, June Squibb y Angel McEwan, así como de los productores Ron Yerxa y Albert Berger. Para este director, «Una película se rueda en una época determinada. Recibí el guión hace nueve años. Se trata de una historia humorística y melancólica al mismo tiempo, un poco como sucede en la vida. El guionista ha vivido realmente la historia, describe su experiencia personal. Se trata de una película de la época de la depresión, por ese motivo rodé en blanco y negro».
Bruce Dern ha desvelado el secreto de Payne: «Existe una diferencia entre pedirle algo a un actor y dictarle órdenes. Él examina meticulosamente las diferentes tomas y pide que se produzca una evolución paulatina en la interpretación. No es un método muy hitchkoniano. Una vez, Hitchcock me dijo: «Estás aquí porque me diviertes. Tengo quince tomas perfectas pero ninguna de ellas es divertida». Alexander Payne, por su parte, está ahí para ayudarte, todo su equipo te ayuda a sentirte cómodo. Uno no tiene la impresión de estar asumiendo riesgos».
La relación del padre y del hijo en «Nebraska» la ha explicado así Alexander Payne: «El hijo desea ofrecer a su padre, que ya es mayor, un momento de dignidad. Mis padres son mayores y es un tema que me afecta porque me gustaría que también pudieran vivir de forma digna. La edad puede disminuir las facultades, hacernos perder la dignidad. Hay que conservarla».
La otra película en competición del jueves ha sido la igualmente excelente «La Vie d’Adèle – Chapitre 1 & 2», del franco tunecino Abdellatif Kechiche, una adaptación de un cómic que narra la historia de una pasión amorosa entre dos mujeres de condiciones sociales diferentes, interpretadas por Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, quienes se han emocionado y humedecido los ojos en la conferencia de prensa. Léa Seydoux ha dicho sobre su trabajo con Kechiche: «El trabajo con Abdel es muy apasionante porque no termina nunca, siempre hay miles de posibilidades, incluso con las imágenes de prueba se puede hacer otra película. Si hay una sola manera de hacer películas, él las hace inmediatamente», a lo que Adèle Exarchopoulos ha añadido: «Él dirige sin dirigir. Ni te das cuenta de que te está filmando». La película, también acogida con grandes aplausos, es una historia tierna y sensible que encontrará su lugar en el palmarés.