Su película «The Beaver», dirigida y coprotagonizada por Jodie Foster, verá la luz en el South by Southwest Film Festival, de Austin (Texas)

Han transcurrido 16 años desde que sus pares de Hollywood le otorgaron dos Oscars en 1995 por su «Braveheart», una película que hizo con corazón y valor. En su discurso de aceptación, un atractivo Gibson agradeció ser considerado un director «bona fide», y es que a este ultraconservador religioso al que el Papa Ratzinger le parece liberal, se le da muy bien el latín. Eran los tiempos de gloria, que seguían a una brillante carrera australiana entre «Galipolli» y «Mad Max», que le convirtieron en un icono y visionario. Su atractivo era inmenso y su fama de conquistador quedaba paliado por la fidelidad de su mujer Robyn Moore, madre de sus siete hijos, una de ellas, monja. Con el apoyo de su familia, su reputación estaba a salvo.

El 17 de agosto de 2006 comenzó su particular caída de los dioses cuando fue arrestado en las colinas de Hollywood por conducir en estado de ebriedad. Gibson venía de un club de dudosa reputación, donde se dejó fotografiar con varias botellas de birras en las manazas y rodeado de señoritas de vida alegre. Lo peor estsba por venir. Animado por la ingesta, llamó a una mujer policía «sugartits» (tetas de azúcar) para a continuación pronunciar insultos homófobos y acusar a los judíos de ser responsables de todos los males del mundo. En un segundo, se ganó la enemistad de los judíos, los gays y lesbianas, las mujeres, sus fans y el universo mundo. Hollywood le dió la espalda pese a las multas pagadas, las sesiones de desintoxicación y el perdón pedido a la comunidad judía.

Su mujer decidió divorciarse cuando supo por los medios que una buscadora de dinero, Oksana Grigorieva, señorita operada de dudosa reputación vinculada a ancianos millonarios, con la excepción de Timothy Dalton, del que tuvo un hijo, estaba embarazada del octavo hijo del director de «Apocalypto», que resultó ser la pequeña Lucía. Nadie quería coproducir película alguna con la productora del actor, Icon, el reparto de la secuela de «Resacón en La Vegas» decidió por votación abierta eliminarle del reparto, siendo sustituído por Liam Neeson y nadie quería estrenar una película ya rodada, «The Beaver» («El castor»), dirigida por su íntima amiga y defensora Jodie Foster, casi hermanos desde que rodaron «Maverick» en 1994.

Muy íntimamente conectada con el via crucis del actor, «The Beaver» narra la peripecia de un hombre deprimido que trata de reinventarse con la ayuda de un castor de peluche. Algo que los observadores consideran ligado a la actualidad de Gibson, desde que la Grigorieva (aportando pruebas falsas) acusó a Gibson de pegarla teniendo al bebé en brazos, amenazarla de muerte y poner en peligro al vida de ella y Lucía. Pues bien, el certamen South by Southwest Film Festival (SXSW), que se celebrará en la ciudad texana de Austin del 13 al 19 de marzo, realizará el estreno mundial del controvertido y condenado de antemano filme. Sin embargo, los organizadores del certamen anuncian que no querían entrar en polémicas, que ha sido la brillante dirección de Foster -que también interpreta- la que les ha convencido. Janet Pierson, productora del festival de enorme reputación por su apoyo a documentales acerca de temas de cultura pop, dice: «Jodie Foster acudirá al Festival y podrá hablar en nombre de su obra.» Preguntada si el señor Gibson asistiría, afirma: «Ese hecho aún no ha sido decidido».