Cayetana Guillén Cuervo, Julieta Serrano, Laura Grube y Ernesto Arias protagonizan la famosa obra de albert Camus con dirección de Eduardo Vasco
El Palacio de Festivales de Cantabria acoge este sábado la representación de «El malentendido» de Albert Camus, una Coproducción del Centro Dramático Nacional, Pentación y Mucha Calma Producciones, con Cayetana Guillén Cuervo, Julieta Serrano, Laura Grube y Ernesto Arias en el escenario. La función está dirigida por Eduardo Vasco.
«El malentendido» presenta a un viajero que llega a un hotel apartado que regentan su madre y su hermana, de las que ha estado separado durante muchos años. Su plan es observarlas y darles una sorpresa en el caso, más que probable, de que no le reconozcan dado el tiempo transcurrido, pensando en que les trae la felicidad.
La obra teatral «El malentendido” se divide en tres actos, a manera de una tragedia clásica, donde el destino de los personajes se ve en constante tensión con sus afectos. Jan es el hijo que se ha marchado lejos de casa, dejando atrás a su madre y a Marta, su hermana. Lejos conocerá a María, con quien se casará. Después de más de veinte años de lejanía decide volver a su casa y dar su fortuna a las dos mujeres abandonadas. No será tarea fácil, ya que no le recordarán. Jan se hará pasar por un cliente, lo que iniciará el malentendido que saldrá muy costoso a todos los personajes de la obra.
Camus marca una generación con su manera de escribir, cruda y poética, y propone un teatro que deja en el aire cuestiones de una trascendencia dolorosa en aquel momento. Hoy al volver a escuchar sus obras asusta lo trascendentes que siguen siendo dichas cuestiones a través de la óptica de este autor; debe ser eso de la universalidad o la actualidad que muchas veces se menciona sobre tantas obras… Y es que después de trabajar a un autor como Camus comprende uno que la mayor parte de las veces se banaliza cuando se habla de la actualidad de un texto, y que lo importante, a la hora de la verdad, es esa inexplicable intensidad, esa extraña belleza que nos atrapa y nos transforma haciendo del tiempo transcurrido una ventaja, más que un inconveniente.
El malentendido” parte de un hecho real que conmueve profundamente al autor, un hombre de teatro que rápidamente comprende las posibilidades escénicas de la historia, escribe la obra y la estrena. Incluso la dedicatoria con la que aparece editada «A mis amigos del Théâtre del Équipe” da una idea del vínculo que Camus tiene con las gentes del teatro, un arte que cree liberador, vinculado con la esencia del ser humano y capaz; eficaz frente a la inercia de nuestra vida civilizada.