El protagonista de «Gladiator» rueda a las órdenes de Spike Jonze la historia de un hombre que se enamora de su iphone
Aunque tan sólo contabiliza 37 años, la vida de Joaquin Rafael Botton (antes conocido como Leaf Phoenix) da para varios tomos de una tragedia. Tras el falso documental «I’m Still Here» en el que se interpretaba a si mismo como que el actor que abandonaba su exitosa carrera cinematográfica, para reinventarse como músico de hip hop (todo era una broma monumental), rueda ahora la historia de amor de un tipo con su iphone.
Joaquin Phoenix nació en la extrema pobreza del matrimonio de dos misioneros de Los Hijos de Dios – John Botton Amram y Arlyn Dunetz Jochebed- en Puerto Rico en octubre de 1974. Vivió en la calles pidiendo limosna a cambio de canciones, su hermano River murió en sus brazos en la noche de Halloween de 1993 en la puerta del club Viper’s Room, propiedad de Johnny Depp y en 2008 anunció dramáticamente su retirada del cine tras rodar «Two Lovers» con Gwyneth Paltrow. Su vida fue la de un eremita y su aspecto, el de un sin techo.
A ello se añade una desintoxicación alcohólica en 2005 y un terrible accidente de coche en 2006 en el que el director alemán Werner Herzog le salvó la vida. La primera vez que llamó la atención fue en la comedia «¡Dulce hogar a veces!» («Parenthood»), con una apariencia tan bella que parecía una muchacha. Se convirtió en actor fetiche de Gus Van Sant («Mi Idaho privado», «Even cowgirls get the Blues», entre otras) y James Gray. Para Cronenberg fue el chico enamorado dramáticamente de la víbora Nicole Kidman en «Todo por un sueño», y la víctima de la némesis de Sean Penn en «Giro al infierno» («U-Turn»).
Sólo en 2000 se convirtió en una verdadera estrella por su brutal emperador Commodo en «Gladiador». Redujo las expectativas como el puro sacerdote de «Quills». No le interesaba la fama ni sus esclavitudes, se retiró hace cuatro años, mantuvo el aspecto de un sin techo y rodó «I’m Still Here», el falso documental para su cuñado Casey Affleck, el hermano menor de Ben.
Afortunadamente, está de regreso y a bordo de una inesperada comedia, en la que ¡se enamora de su iPhone! Algo más extraño que cuando Charlotte Rampling mantuvo un affaire con un simio. Dirige el simpar Spike Jonze en un film que todavía carece de título. El ex novio de la rotunda Liv Tyler rueda en las playas de Manhattan y luce bigote y barba. Así cubre la cicatriz encima de su labio superior, tan famosa como la de la barbilla de Harrison Ford.
Se rueda en el mayor de los secretos, pero parece ser que incorpora a un solitario que se enamora de la voz del contestador de su móvil. El actor que incoporó a Johnny Cash -otra alma torturada- en el filme «En la cuerda floja» y que se ganó una nominación al Oscar por este trabajo ha elegido una de las escasas comedias en su carrera y las expectativas son enormes. En el film fuma sin parar. Se ignora sin son falsos cigarrillos o reales porque en el pasado fue un fumador compulsivo. En el reparto, una muy sexy Olivia Wilde (que cambió su appellido original, Cockburn, por un homenaje a Oscar Wilde), la ascendente Rooney Mara, Amy Adams y Samantha Morton, otra de roles dramáticos.