«Una hora en la vida de Stefan Zweig” se ha representado en el Abadía de Madrid y ahora recorre España

«Una hora en la vida de Stefan Zweig” es un montaje inquietante, poético y misterioso, protagonizado por Roberto Quintana, Íñigo Núnez y Celia Vioque, sobre el gran escritor austriaco Stefan Zweig, que murió con un suicidio planeado, aniquilado anímicamente por el nazismo. La obra se ha representado en el teatro de La Abadía de Madrid y ahora está de gira por España.

La vida del escritor austriaco Stefan Zweig fue apasionante y desoladora. Zweig creó una obra literaria descomunal, en la que cultivó, con una capacidad sublime de reflexión, la novela, la biografía, el ensayo y el relato breve. Dejó auténticas joyas literarias. Además de las numerosas conferencias que pronunció en distintos países del mundo. Pero el nazismo lo destruyó psicológicamente. Pudo con él. Zweig huyó finalmente a Brasil, junto a su segunda mujer, Lotte Altmann, 35 años menor que él. En la tarde del 22 de febrero de 1942 ambos se quitaron la vida, con un veneno, en un suicidio largamente planeado.

El director catalán Sergi Belbel, a partir de un brillante texto del dramaturgo Antonio Tabares, ha recreado para el teatro los últimos momentos de la vida de este escritor, en «Una hora de la vida de Stefan Zweig”, una obra inquietante y con destellos de misterio. En esta pieza, construida por Antonio Tabares con una acertada carpintería teatral, un visitante inesperado, Fridman, se presenta de repente y sin previo aviso, en el momento más inoportuno, en la casa de Zweig, sólo 60 minutos antes de los planeados para el suicidio. Suena un timbre. Un timbrazo que rompe bruscamente la atmósfera de quietud y desolación en la que hasta ese momento se había desarrollado la función. Fridman es parlanchín y obsesivo. En realidad se trata de un trasunto de los personajes creados por Zweig en sus obras. E inevitablemente se establece un sensacional duelo dialéctico e intelectual entre Fridman y Zweig, personaje excelentemente interpretado por el actor andaluz Roberto Quintana. La obra está llena también de pensamiento de Montaigne, el creador del ensayo moderno, al que Zweig admiró profundamente, y de frases brillantísimas extraídas de obras del escritor austríaco. Que llegó a escribir: «No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, fecunda y alegre”. Una frase de impacto, sí, en una perdona que después se suicidó.

Aunque esta obra es en su subsuelo un canto a la vida, hay una denuncia al descomunal peligro que supone la intransigencia política, a esa locura colectiva, impregnada del mayor dolor y terror, que fue el nazismo. Esta obra es una señal de alerta. Y supone un contraste entre la poesía y la maldad. Entre la belleza de la creación literaria y la tentación de destrucción del ser humano. Es una obra teatral envuelta en una poética sublime. Una gran obra.