El certamen publica el libro «Belle Époque. Una película de Fernando Trueba», Luis Alegre, que rememora aquel rodaje

Fernando Trueba, Ariadna Gil, Jorge Sanz, José Luis García Sánchez, Gabino Diego y Miriam Díaz-Aroca han arropado al escritor y cineasta Luis Alegre en la presentación de su libro, «Belle Époque. Una película de Fernando Trueba», convirtiendo el encuentro en una amistosa reunión que ha hecho las veces de homenaje a la película.

Junto a Juan Antonio Vigar, que ha introducido el acto, el equipo de la película ha rememorado anécdotas y momentos relacionados con la segunda cinta española que ganó el Óscar a la mejor película extranjera. Vigar ha asegurado que este año la cinta homenajeada «no podía ser otra que «Belle Époque”, ya que se cumplen 25 años de su estreno, se hizo con el Óscar y reunió a un maravilloso elenco artístico y técnico”, convirtiéndose en «un acto de amistad colectiva”, según ha añadido García Sánchez. «Creo que «Belle Époque» significó mucho para todos”, ha comentado Vigar.

Para hacer más señero el encuentro, «convenía editar un libro que parte de un trabajo previo y que va a permitir entender mucho mejor lo que significó la película”. Se ha referido así el director del Festival a la obra de Luis Alegre. El volumen, que comenzó Alegre a escribir hace veinte años, detalla la historia y las claves de la película y traza una crónica de la vida del director enriquecida con sus declaraciones.

El encuentro se ha convertido en un karaoke (Luis Alegre cantó «Bien pagá” y Gabino Diego «Burundanga”) y, sobre todo, en un anecdotario sobre la película con dedicatorias especiales a su director. Miriam Díaz-Aroca, por ejemplo, ha confesado que participar en la película fue «una aventura prodigiosa y un privilegio absoluto” y ha destacado «la lección de Fernando”: «me mostró la importancia de lo importante, es un hombre desapegado de lo material”.

En esta línea, Ariadna Gil ha contado una anécdota para demostrar «cómo es Fernando”. «Me llamó para decirme que quería hacer una prueba conmigo y yo ese día me iba a un festival de Buenos Aires, pero hacía escala en Madrid”. Sin pensárselo, el director acudió al Aeropuerto de Barajas, guion en mano. Por su parte, Jorge Sanz ha agradecido que la productora Cristina Huete y Fernando Trueba le abrieran «una ventana maravillosa”. «Me hicieron el mayor regalo que me podían hacer en la vida: este personaje (Fernando)”, ha contado.

Por su parte, Gabino Diego ha expresado que «Belle Époque» fue «un viaje maravilloso” y ha destacado que el director «siempre apoya mucho a la gente joven”, como hizo con él en su momento, ya que además aceptaba muchas de sus sugerencias con respecto a su personaje: «le dije, ‘ya sé cómo va a caminar el personaje’, y me dijo, ‘cojonudo’, o ‘¿qué te parece que cante «Las mañanitas»? «Cojonudo’ también”.

La charla también ha sido, en parte, un homenaje a Fernando Fernán Gómez, Agustín González y Rafael Azcona, ya fallecidos que participaron en la película y que han estado muy presentes durante el coloquio. De Fernán Gómez han comentado, por ejemplo, algunas de sus manías y costumbres. Ariadna Gil ha recordado cómo, después de decir una frase, «doblaba el papel, rompía lo que había dicho y lo tiraba”, mientras que Trueba ha señalado la facilidad que tenía para actuar: «Fernando estaba en una tumbona y tenía un whisky en la mano, leía una novela y fumaba un pitillo mientras estábamos preparando el plano. Empezamos a rodar, dijo el diálogo de una forma preciosa y se volvió a sentar con su cigarro, su copa y su libro”.

Fernando Trueba también se ha referido durante el encuentro al boicot que ha sufrido su última película, «La reina de España». Ha comentado que en «Belle Époque» mostró «una España vitalista, impresionista, luminosa y más alegre” y ha insistido en que sigue «pensando lo mismo”. «Este país me ha gustado mucho siempre, pero lo que no he sido nunca es un nacionalista. Mi relación no es con las fronteras ni con los pasaportes, sino con las personas y el cine”, ha matizado. «Me gusta hacer reír a la gente, que sea libre y que pueda decir y pensar lo que quiera sin que nadie se meta en sus palabras ni en sus pensamientos. No hay nada más bonito que respetar a alguien que tiene ideas distintas y poder convivir con él; es de lo que trata la democracia”, ha concluido sobre el tema.