«El enfermo imaginario», de Molière, es una comedia llena de tragedia, una crítica sobre los médicos en el siglo XVII. Un fabuloso y divertido retrato del hipocondríaco que sigue estando vigente en nuestra sociedad. El miedo a la muerte y al dolor tienen a Argán, el protagonista, prisionero de sí mismo. Es incapaz de disfrutar de la vida. Es víctima y a la vez, su propio verdugo. Se puede disfrutar durante estas navidades en el Teatro Fernán Gómez de Madrid hasta el 16 de enero, a cargo de la veterana Compañía de Teatro Morboria.

En «El enfermo imaginario», Argán se cree muy enfermo y no puede vivir sin estar rodeado de médicos. Para conseguir tener uno en la familia que le haga ahorrar la ingente cantidad de dinero que destina a sus curas, medicamentos y potingues, no duda en concertar un matrimonio de conveniencia entre su hija Angélica con Tomás, el hijo de su médico preferido, el señor Diafoirus. Entretanto, Belinda su segunda esposa se comporta como una perfecta madrastra, esperando el inminente fallecimiento de su esposo le presiona para hacer testamento… Pero Toñita, su fiel criada, con la complicidad de Beralda, la hermana del señor Argán, harán todo lo posible para ayudar a Angélica a realizar un enlace por amor con el joven Cleanto y además, revelar la hipocresía de su esposa desbaratando todos sus maléficos planes. Una esperpéntica ceremonia final transformará al enfermo en doctor y será liberado de todos sus males.

El elenco está integrado por: Argán, el enfermo, Fernando Aguado; Toñita, su sirvienta, Malena Gutiérrez; Belina, su mujer, Virginia Sánchez; Angélica, su hija, Luna Aguado; Tomás Diafoirus, el pretendiente, Eduardo Tovar; Beralda, su hermana, Eduardo Tovar; Cleanto, enamorado de Angélica, Daniel Migueláñez; Señor Purgón, médico, Daniel Migueláñez; Señor Buena Fé, notario, Vicente Aguado; Señor Diafoirus, médico, Vicente Aguado; Señor Fleurant, boticario, Vicente Aguado; Lacayo, Trajano del Palacio; Violín, Milena Fuentes; Clavicordio, Miguel Barón; y Laúd, Mandola y Percusiónes, Javier Monteagudo. Todos los actores y músicos se transforman en: Espectros de pesadilla, Odaliscas, Turcos y Médicos en la ceremonia final.

Eva del Palacio, que dirige la obra de Molière, recuerda: «En el año 2022 se celebrará el Cuarto Centenario del nacimiento del gran autor francés y Morboria se suma a los actos llevando a escena dos de sus obras maestras. Hace casi treinta años que recibí, en el Festival Internacional de Almagro, el premio Ágora a la Dirección Revelación por «El Burgués gentilhombre». Desde entonces, sus grandes obras y Comedias Ballet han formado parte de nuestro repertorio, ya son siete montajes de la mano de nuestro admirado autor. A lo largo de nuestra vida como compañía, elegimos este genio amigo para avanzar en el camino, para reflexionar sobre el ser humano, para aprender jugando, para reírnos de nosotros mismos… No importan la distancia en el tiempo, ni la parte de historia que nos ha tocado vivir: sus retratos siguen vigentes. Ninguna otra compañía en España ha dado vida y voz a su obra tantas veces como Morboria, tantas que se puede decir que hacemos “Morbolières”. Por eso es tan importante para nosotros esta celebración. Un privilegio celebrarlo por todo lo alto en Madrid, nuestra ciudad, y en el teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa. Donde pisé por primera vez un escenario con 16 años».

Prosigue explicando: «A lo largo de 36 años de trayectoria, hemos tenido el privilegio de montar espectáculos de excelentes dramaturgos del Teatro Clásico y del Siglo de Oro Español. Pero compartir la vida con la obra de Molière, a quien admiro desde niña y en tan buena compañía de artistas es siempre una gozosa delicia. Es encontrarse en el patio de recreo donde el juego y el ingenio están servidos. “El Enfermo Imaginario” es una comedia llena de tragedia, una crítica sobre los médicos en el siglo XVII. Un fabuloso y divertido retrato del hipocondríaco que sigue estando vigente en nuestra sociedad. El miedo a la muerte y al dolor tienen a Argán, el protagonista, prisionero de sí mismo. Es incapaz de disfrutar de la vida. Es víctima y a la vez, su propio verdugo. Médicos y boticarios sin escrúpulos le tienen dominado y le mantienen medicado a todas horas. Charlatanes y pícaros aprovechan la ingenuidad del pobre infeliz para sangrarle y estafarle. A partir de una tragedia Molière crea esta comedia de forma magistral. Seres indeseables y aprovechados tienen a la muerte como aliada. Belina su segunda mujer, el notario, médicos y boticarios representan la parte oscura de esta historia. Han tejido una tela de araña alrededor del enfermo, donde la presencia de la muerte se intuye y aterroriza a nuestro protagonista. La vida, la sinceridad, el amor, el sentido común y la cordura se dan a través de los personajes de su hija Angélica, su hermana Beralda y Toñita su criada, las únicas que tienen los pies en la tierra. Hoy en día, muchas de las prácticas que Molière denunciaba siguen estando presentes. Continuamente saltan a la luz miles de denuncias. Los intereses de farmacéuticas y laboratorios que amasan grandes fortunas y comercializan con la enfermedad y su enorme poder para comprar a médicos y políticos. Los pseudo médicos que proponen tratamientos inverosímiles que llevan a los enfermos directamente al hoyo… Los médicos de cirugía estética que sin escrúpulos y por dinero realizan todo tipo de atrocidades llegando a crear auténticos esperpentos. La creación de nuevas políticas empresariales que inventando enfermedades inexistente, como la vejez, crean nuevas necesidades, y fármacos para luego satisfacerlas. Sin olvidar las muertes que provoca cada año el exceso de medicación innecesaria…»

Y concluye: «La risa, la carcajada y la reflexión están aseguradas con Molière, son las armas del genio para denunciar las malas prácticas, los defectos y vicios humanos. A través de la risa y el divertimento, la verdad impacta como un clavo en nuestra razón. En el teatro, Nos reímos de la angustia de este ridículo hipocondriaco y sin embargo, cuando volvemos a nuestros hogares nos damos cuenta de que compartimos su miedo a la enfermedad y ala muerte… Dedicado a todos los médicos y al personal sanitario de este país, que a pesar de las condiciones tan difíciles y los recortes presupuestarios, realizan su trabajo de manera ejemplar».