Las representaciones de la obra de Valle Inclán tendrán lugar los días 26, 27 y 28 de julio en el Rose Theater

El Centro Dramático Nacional, bajo la dirección de Gerardo Vera, se presenta por primera vez en el Lincoln Center Festival de Nueva York con la obra Divinas palabras, de Ramón María del Valle-Inclán, en versión de Juan Mayorga y con dirección de Gerardo Vera. Las representaciones tendrán lugar los días 26, 27 y 28 de julio en el Rose Theater neoyorquino. en castellano con sobretítulos en inglés.

El Centro Dramático Nacional, bajo la dirección de Gerardo Vera, se presenta por primera vez en el Lincoln Center Festival de Nueva York con la obra «Divinas palabras», de Ramón María del Valle-Inclán, en versión de Juan Mayorga y con dirección de Gerardo Vera. Las representaciones tendrán lugar los días 26, 27 y 28 de julio en el Rose Theater neoyorquino. en castellano con sobretítulos en inglés. Esta presentación en Nueva York ha sido producida por el Ministerio de Cultura a través del Instituto de las Artes Escénicas y de la Música y de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC). La obra estará representada por Fidel Almansa, Ester Bellver, Pilar Bayona, Sonsoles Benedicto, Míriam Cano, Paco Déniz, Charo Gallego, Gabriel Garbisu, Carlota Gaviño, Emilio Gavira, Elisabet Gelabert, Elena González, Daniel Holguín, Javier Lara, Jesús Noguero, Pietro Olivera, Idoia Ruiz de Lara, Sergio Sánchez y Fernando Sansegundo.

«Divinas palabras» resume todas las inquietudes estéticas de Valle. Parte de dos líneas argumentales que se solapan, se encuentran, se alejan, se mezclan y se alimentan mutuamente. Por un lado una historia familiar, la casta de los Gailos, que, a la muerte de uno de ellos, la mendiga Juana la Reina, heredan su único bien: un enano hidrocéfalo. Valle nos cuenta la pugna que mantienen entre sí los miembros de la familia para conseguir ese preciado bien y así poder exhibirlo por ferias y romerías sacándole todo el provecho sin el más mínimo pudor. Un infierno con el que todos conviven desde la más absoluta naturalidad. Por otra parte, la aparición de Séptimo Miau, un alma libre, farandul y asesino, irrumpiendo de golpe en una comunidad ancestral, atrasada y aferrada a la tierra, una comunidad rural arcaica que vuela por los aires por ese soplo de libertad que supone la aparición del vagabundo. La eterna dialéctica entre lo viejo y lo nuevo.