Un drama con tono de thriller con dos ejes, el de un veterano escritor y y el un arquitecto y su hijo unidos por un secreto
«Te esperaré” cuenta, por un lado la vida de un veterano escritor español que sigue el derrotero de un personaje supuestamente de ficción que ha vivido muchas alternativas en su país como en el mundo, y terminó en la Argentina.
Con la mirada puesta en la temporada 2017, el director Alberto Lecchi vuelve a la carga en el cine esta vez con el rodaje de «Te esperaré”, un drama con aristas de thriller, que tiene como figuras centrales a Dario Grandinetti, los españoles Juan Echanove y Blanca Jara, además de Inés Estevez, Ana Celentano y Hugo Arana, entre otros.
En una librería del barrio de Belgrano en Buenos Aires, el director de «El dedo en la llaga”, «Nueces para el amor”, «A solas contigo”, ha iniciado un rodaje que está en sus primeras jornadas y se extenderá por buena parte de septiembre, en un relato que une pasado con presente.
«Te esperaré” cuenta su historia con dos ejes, por un lado la de un veterano escritor español que sigue el derrotero de un personaje supuestamente de ficción que ha vivido muchas alternativas en su país como en el mundo, y terminó en la Argentina, donde se cruzará con un arquitecto y su hijo, a quienes los une un secreto clave en la historia.
«Es un thriller un poco mentiroso: creo que en realidad la historia pasa por los afectos y las relaciones, pero hay una trama que maneja el relato que es de thriller y no es solo un gusto sino que me resulta cómodo, una manera de narrar algo que mantiene al público con una expectativa especial y a la vez puedo contar cosas que tengo ganas de contar”, dice Lecchi.
«Hay dos historias, una la del escritor español, con la exitosa saga de un personaje aparentemente de ficción, y la de un arquitecto al que le encargaron una iglesia y, sin que ellos lo sepan, van a estar unidos por este personaje que no está, una historia que encierra muchos enigmas, algo pasado, inconcluso y que los dos, cada uno a su manera, tratan de resolver, motorizados por el hijo del argentino”, explica el director.
Esta es la quinta vez que Darío Grandinetti trabaja a las órdenes de Lecchi: la primera fue en «El dedo en la llaga”, después en «Operación Fangio”, más tarde en «El juego de Arcibel” y finalmente en «El frasco”.
«Nunca es casual cuando alguien te llama tantas veces -dice Dario Grandinetti respecto a esas cinco oportunidades-, pero por más que trabaje muchas veces con alguien no siempre se da esa cosa que tenemos con Alberto de códigos comunes, en una relación casi simbiótica donde uno ya sabe qué y cómo pedir algo. Somos amigos de la vida y así es muy fácil trabajar con él”.
«Alberto (Lecchi) genera un clima de trabajo fantástico, y la gente que trabaja con él se repite desde hace mucho tiempo, entonces todo es más fácil, incluso Juan Echanove, que hizo «El juego de Arcibel» con nosotros, llego y vio a la misma gente del equipo con los que estuvimos aquella vez en San Luis, y eso no tiene precio”, confesiesa Grandinetti.
«Mi personaje es el hijo de aquel otro sobre el que se habla, y tiene un conflicto con eso porque su padre fue un luchador, siente que arrastró a su madre a eso, y a la muerte, lo culpa de cosas en las que él no participó, y el recorrido que hace gracias al escritor español, lo hace redescubrir la relación que tiene con ese tema y redescubrirse él mismo”, explica Grandinetti.
«Ir y venir de España me hace bien, me oxigena, pero no siempre es que uno busca sino que algunas circunstancias te llevan de una a otra película. Vengo de hacer en España una película con Imanol Arias dirigida por Lucas Figueroa. Va por época: hubo un momento en el que iba mucho, después dejé de ir y aquí hice mucho teatro, ahora la situación se dio así…”, dice.
«Siempre me entusiasma venir a la Argentina”, explica Juan Echánove, el reconocido actor español recordado por filmes como «La flor de mi secreto”, «Alatriste”, o la serie «Cuéntame cómo pasó”, donde compone al hermano del personaje de Imanol Arias y ya ha superado los quince años de emisión y trecientos capítulos y que seguirá en poco tiempo, en la temporada 16.
«Es la sexta vez que vengo a la Argentina, porque la primera fue haciendo teatro en el San Martín con una pieza relacionada con Don Quijote, después para el rodaje de «Sus ojos se cerraron”, de Jaime Chavarri, «El juego de Arcibel” con Lecchi en San Luis, «Morir en San Hilario”, y para negociar una coproducción teatral que al final no se dio”, asegura el actor.
«Cuando Lecchi pensó en mí para hacer esta película me vio con este look, porque estaba haciendo en teatro «Los hermanos Karamazov», en el papel del padre, puesta que espero poder traer en poco tiempo a Buenos Aires”, dice Echánove acerca de su pelo y barba poblada, que le dan cierto aire de Karl Marx, al escritor que llega de España en busca de historias.
Dice Echánove que Lecchi mismo no lo reconoció al verlo: «Descubrimos que le venía muy bien a este personaje que tiene más edad de la que tengo”, y asegura que «Argentina forma parte de nuestra historia, igual que España forma parte de la vuestra, íntimamente ligados y desligados, como pasa en general entre España y toda América latina, hay un océano de por medio pero hoy en día las comunicaciones son mucho más directas”.
Echánove se entusiasma con volver a hacer teatro en un escenario porteño: «La situación económica de ambos países no está del todo bien, y allí «Los hermanos…» forma parte de la estructura de los teatros nacionales, pero pero aún así espero que pueda hacerlo aquí. O una adaptación de «Los sueños de Quevedo», que estrenaré el año próximo. No paro de trabajar para que una de esas puestas se hagan en Buenos Aires”, confiesa.
«El Xanadú soñado de los actores españoles se llama Buenos Aires: la pasión del país por el teatro, pero en especial de esta ciudad es algo envidiado por todos nosotros. Formo parte de una generación que ha venido de Alfredo Alcón, que para mí siempre fue una referencia, Pepe Soriano, hasta Lautaro Murúa, o Luis Politti, que ya no están, o Héctor Alterio, que han dado al cine y al teatro español algo verdaderamente grande”, dice.
«Había trabajado con Alberto (Lecchi) en la serie «Nueve lunas» y tiene una forma de trabajo que me encanta. Desde que volví a la profesión, tomé la decisión de hacer algo solo cuando me interesa el proyecto artísticamente y que humanamente la pase bien”, dice Inés Estévez, que recientemente incorporó a su multiplicidad la de cantante de blues, junto a Javier Malosetti.
«Hoy empezamos con la última escena de la película y conocí a Dario (Grandinetti), con quien nunca había trabajado antes, y él hizo esa escena, que es toda suya, con la misma convicción y entrega delante de cada uno de nosotros, soportó la repetición del plano una y otra vez, eso es único. Estoy gratamente asombrada de su profesionalismo, su calma y entrega”, asegura Estévez.
«Mi papel es el de la esposa del personaje de Darío, que atraviesa un punto de inflexión en su vida, se presentan ciertas situaciones que traen a la superficie conflictos del pasado, que están sin resolver… Y tenemos un hijo en común que es el detonante de la búsqueda. Mi personaje y el de Darío son profesionales y tienen un buen vínculo y ella es el típico sostén femenino criterioso y con un cierto aplomo, el cable a tierra”, explica.
La otra pata española es Blanca Jara, con una importante carrera en la TVE que en cine ha participado en «Francisco-El padre Jorge”, no obstante no tuvo allí, donde compuso a Angélica, ninguna escena compartida con Grandinetti.
«Es mi primera experiencia en Argentina y está siendo maravillosa, Buenos Aires y su gente me encantan, es una ciudad muy culta y eso es algo que en otras ciudades se extraña, hay amor por el teatro y el cine, y la experiencia concreta de esta película es fascinante porque veo un equipo que ama lo que está haciendo y eso es algo que se nota en los productos”, asegura.