La famosa comedia de Neil Simon regresa a la escena británica con dirección de Thea Sharrock

Las comedias de Neil Simon perpetúan la mezcla de sentimentalidad y humor, que fueron -y siguen siendo- su marca de la casa. La permanencia del encanto algo ácido de «La extraña pareja» (en original, «The Sunshine Boys», escrita en 1972) queda patente ahora en el West End londinense en una nueva producción con un cósmico Danny DeVito en el Savoy Theatre.

Danny DeVito (como Willie Clark, que bordó en el cine un cuasi brutal Walther Matthau, fallecido en el año 2000) comparte escenario con Richard Griffiths como Al Lewis (en el cine, un suave y elegante George Burns, fallecido en 1996, a los 100 años de edad). Esta producción coincide ahora también con otra que protagoniza Maureen Lipman (en el cine, Jane Fonda frente a un jovencísimo Robert Redford) de «Descalzos en el parque» (1963).

El «tío» Willie y el retirado y algo olvidadizo Al fueron durante cuatro décadas una pareja de vaudeville de enorme éxito, rompieron su unión artística con acritud y deben intentar a su pesar reunirse para un programa especial de televisión con viejas glorias del género. Sólo emparejar a estos actores y personajes crean una sonrisa que anticipan la carcajada en el espectador londinense. El temperamento Devitiano le viene como anillo al dedo a una gruñón decadente, egoísta, frustrado, sutilmente furioso y en permanente descontento hacia todo y todos.

Frente al bajito norteamericano, el orondo británico Griffiths es todo calma y delicadeza, amén de extrema educación. Ambos actores habitan a la extraña pareja, que se reune para ensañar el sketch de «El doctor». Willie vive en un reducido apartamento de un hotel neoyorquino caótico y desastrado, en el que se siente prisionero y rodeado de recuerdos de otrora tiempos de gloria. Cuando su sobrino Ben Clark (en el cine, Richard Benjamin en un tour de force de desesperación) propone la reunión, el tío recuerda con furia como Al solía ponerle el dedo índice en el pecho y le escupía al pronunciar la «p».

Al contrario, Al es todo calma y bonhomía, aunque con algo de fastidio. Vive retirado en el campo, en Nueva Jersey, a cargo de su paciente hija y nietos. En el fondo, son las dos caras de la misma moneda y, casi, un matrimonio algo mal avenido. Una intención total de Simon. Pero, la sentimentalidad renace cuando Willie, que intenta levantarle la falda a su neumática enfermera, sufre un infarto en pleno rodaje -tras sabotearlo-. Los dos actores llevan terribles pelucas y maquillaje desfasado. La directora de esta notable producción es Thea Sharrock y a ella se debe capturar los momentos de ternura en la comedia sin caer en la blandura.

La extraña pareja se representará hasta el 28 de julio.