EL CINEASTA GRECO FRANCÉS REPASA ANTE UN GRAN NÚMERO DE ESTUDIANTES SU PELÍCULA «DESAPARECIDO»

El cineasta greco-francés Constantín Costa-Gavras, director de películas como «Z», «Desaparecido» o «EL capital» será investido este viernes 29 de enero con el doctorado Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid. Antes, en la tarde de este jueves 28 ha mantenido un animado coloquio con los estudiales de la Facultad de Ciencias de la Información.

«Hay que dejar a más jóvenes que hagan política» ha dicho tras la proyección de su película «Desaparecido» (1982) que basada en un caso real retrataba los primeros momentos del golpe de Estado de Pinochet en el Chile de 1973 y los esfuerzos de un matrimonio estadounidense en busca dl paradero de su hijo «desaparecido por los militares golpistas.

Costa-Gavras, cuyas películas constituyen un modelo de simbiosis de cine y política, ha criticado la situación actual que vive Europa, tema recurrente en sus últimos trabajos como «Amén», «Arcadia», «Edén al oeste» o su más reciente obra «El capital», en la que retrata la crisis económica del continente.

El director ha reconocido que, de todos los temas actuales que podría tratar en sus películas, el «más importante es la situación económica en Europa. Elegir Europa es un tema extraordinario», ha continuado el cineasta, que la ha definido como «la peor de todas las Europas». En este sentido, ha manifestado que «Europa empezó como un sueño perfecto», pero que en la actualidad, el viejo continente sólo se ha centrado en el ámbito económico, pero no en el social, en el de la educación o en el cultural. El cineasta ha justificado su respuesta afirmando que «hay muchos temas» que retratar hoy en día, pero que estos temas «funcionan menos», como es el caso de la inmigración ya que, según ha indicado, en la realidad ya se ven miles de muertos cada día.

Durante el coloquio, Costa-Gavras ha contestado a las preguntas de los estudiantes y ha comenzado diciendo que «Desaparecido» es una película que «hoy no se puede hacer en Estados Unidos», pero potr la financiación, no por el contenido, ya que según él, no hay censura, sino más bien «autocensura». En este sentido, ha lamentado que el problema que existe actualmente en Europa es la financiación de las películas, que es muy dependiente de las televisiones.

Costa-Gavras también ha defendido el cine nacional, ya que, a su juicio, es «necesario» porque cada país «tiene que verse en sus imágenes» y en líneas generales, el cine «no puede existir sin una voluntad política». También ha hablado sobre la elección del reparto de «Desaparecido», que protagonizó Jack Lemmon. «Yo quería un americano de clase media», ha relatado el cineasta, del que ha destacado que las relaciones con él «fueron perfectas».

«Para hacer cine hay que ser personal» ha dicho el director, que hha señalado que mantiene una buena sintonía con España porque, entre otras cosas, «Desaparecido» iba a rodarse en España, concretamente en Barcelona. Además, llegó incluso a hablar con Felipe González, antes de que este fuera presidente del Gobierno.

Nacido en 1933, en Loutra-Iraias (Grecia), Costa-Gavras comenzó su andadura como asistente de directores como Jacques Demy o René Clément, e integrándose en el círculo intelectual y artístico formado en torno a Yves Montand y Simone Signoret, al que también pertenecían Jorge Semprún, Alain Resnais, Bernard-Henry Levy o André Glucksmann, entre otros. En 1969, consiguió el éxito internacional con su tercera película, «Z», por la que obtuvo el Premio del Jurado en el Festival de Cannes y el Óscar a la mejor película extranjera. El filme, escrito por Jorge Semprún, basado en hechos reales, narra la investigación llevada a cabo tras el asesinato de un diputado de izquierdas en Gracia, lo que dio origen al golpe de estado de ls Coroneles. Con esta cinta, estableció un modelo de simbiosis de cine y política, bautizado como «paradigma Costa-Gavras», que ha tenido continuidad y evolución hasta la actualidad. «Z» estuvo prohibida en España por el franquismo aunque su banda sonora, que firmaba Mikis Theodorakis, se utilizó como sintonía de un famoso programa de televisión de la época.

Sus siguientes trabajos también abundaron en la combinación de un planteamiento político en defensa de los derechos humanos. En «La Confesión» (1970), también con guion de Semprún, Costa-Gavras ahondó en las purgas stalinistas, en «Sección Especial» trató la corrupción en la justicia y el nazismo durante el gobierno de Vichy. En «Desaparecido» se atrevió a vincular Estados Unidos con el golpe de Estado de Pinochet. En la última década, y tras el éxito de «Amén» (2002), sobre las relaciones del Vaticano con Hitler durante la II Guerra Mundial, el cineasta greco-francés se ha centrado en la Europa actual desarrollando su sentido crítico en films como «Arcadia», «Edén al oeste» o «El capital» que logró ijterminables minutos de aplausos en el Festival de San Sebastián.