Representantes de la cultura y la política, familiares, amigos y amigas, compañeros y compañeras de profesión y decenas de ciudadanos y ciudadanas desfilaron hoy por la capilla ardiente de Carlos Saura, instalada en la sede de la Academia de Cine, cumpliendo de esta forma el deseo que había expresado el cineasta. Fue una jornada intensa de emociones, llena de muestras de cariño, respeto y admiración para el que ha sido uno de los mejores directores españoles de la historia, y que contó con un homenaje especial: el estruendo de los tambores de Calanda, que no quisieron faltar a la capilla ardiente del ilustre aragonés. “Hemos venido aquí a celebrar a Carlos, no a despedirle”, declaró su hijo Antonio.

Los restos mortales del director y guionista oscense, fallecido el viernes a los 91 años, llegaron a la Academia a primera hora de la mañana y fueron trasladados hasta la sala de cine de la institución, donde se había levantado la capilla ardiente. El féretro, sin banderas ni símbolos religiosos, quedó instalado en el centro del escenario, rodeado de cinco grandes ramos de flores –en los que dominaban las camelias y hortensias blancas– flanqueados por cuatro candelabros.

En la parte derecha del féretro y por deseo de los hijos se había colocado un pequeño montaje con algunos de los objetos más queridos por Saura: una de sus sillas de director, utilizada en los rodajes y sobre ella sus gafas de ‘cola de ratón’, una rosa roja y uno de sus conocidos sombreros de color negro. En la silla se apoyaba un «fotosaurio»’ (conjunto de fotografías intervenidas por el director) y sobre dos pequeñas mesas adjuntas una «Saura’s Cam», una cámara fotográfica construida por el mismo que siempre llevaba colgada al cuello y que le sirvió para algunas de su sus exposiciones; además del Goya de Honor que le otorgó recientemente la Academia. Canciones de algunos de sus trabajos, jotas aragonesas, temas flamencos y fados han acompañado el féretro del cineasta durante el día.

Eulalia Ramón, pareja del creador, y sus siete hijos –Antonio, Carlos, Shane, Manuel, Adrián, Diego y Anna– han recibido las cálidas muestras de afecto junto a sus numerosos nietos, otros familiares y algunos de sus amigos más cercanos.

Homenaje de Calanda

La ceremonia se abrió minutos después de las 12 de la mañana con el espectacular sonido de los once tambores y tres bombos de Calanda interpretado por trece músicos llegados desde la localidad aragonesa y que hizo retumbar las paredes de la Academia. La actuación, que se repitió a las puertas de la institución, terminó con un cálido aplauso. Uno de los músicos entregó a Eulalia Ramón un juego de baquetas para tocar el tambor, que ella colocó encima del féretro.

Los músicos mostraban así su gratitud por el apoyo que el cineasta aragonés siempre dio a la localidad natal de Luis Buñuel y donde Saura rodó en varias ocasiones, entre ellas algunas escenas de «Peppermint Frappé».

Terminada la actuación, el presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite; su vicepresidente, Rafael Portela y buena parte de la Junta Directiva de la institución dieron el pésame a la viuda y a los hijos del cineasta. A partir de ese momento, la capilla ardiente vivió un desfile incesante de familiares, amigos, y compañeros de profesión que se prolongó hasta su cierre.

Pedro Almodóvar y su hermano Agustín Almodóvar; el director Pedro Olea o el veterano actor Manolo Zarzo han sido algunos de los primeros en acudir; seguidos de productres como Andrés Santana, Álvaro Longoria, Esther García, Antonio Pérez, María del Puy y Enrique Cerezo; los directores Gerardo Herrero, Manuel Gutiérrez Aragón, Imanol Uribe, Jaime Chávarri, Eduardo Chapero-Jackson, Pablo Berger, Félix Viscarret y Julio Medem; las actrices Helena Fernán-Gómez, Consuelo Trujillo, Fiorella Faltoyano, Nerea Barros, María Luisa San José, Assumpta Serna y Silvia Marsó; los expresidentes de la Academia Mercedes Sampietro, Enrique González Macho y Mariano Barroso; así como los actores Imanol Arias, Daniel Guzmán, Andrés Pajares, Alberto Ammann, Guillermo Montesinos, Javier Cámara, Emilio Gutiérrez Caba y Emilio Buale. Tampoco faltaron escritores como Antonio Muñoz Molina o Elvira Lindo, y otros rostros conocidos como Massiel, Pedro Ruiz o Gonzalo Miró.

La cantante y actriz India Martínez, protagonista del último montaje teatral dirigido por el cineasta, «Lorca por Saura», se acercó al féretro e interpretó el tema «Al alba», de Luis Eduardo Aute. Horas después haría lo mismo Jeanette con su tema «Porque te vas’», de la banda sonora de Cría cuervos.

En el exterior de la capilla ardiente, en una sala adyacente, se fueron acumulando a lo largo de la jornada ramos y coronas de flores. Entre ellas destacaban las de el equipo de la película documental «Las paredes hablan», dirigida por Saura y estrenada hace pocos días; la de la Fundación y Compañía Antonio Gades; y las del presidente del Gobierno y del Ayuntamiento de Collado Mediano; así como la de la Academia de Cine.

Numerosos políticos

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado por el Ministro de Cultura, Miquel Iceta; la ministra de Educación, Pilar Alegría; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo; la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz; la directora del ICAA, Beatriz Navas; el embajador de Francia, Jean Michel Casa; además de los consejeros de Presidencia y de Cultura de Aragón, Maria Teresa Pérez Esteban y Felipe Faci Lázaro, respectivamente, así como el alcalde de Calanda, José Alberto Herrero, visitaron la capilla ardiente, que se cerró a las ocho de la noche, momento en el que el cortejo fúnebre partió en dirección al tanatorio de Collado-Villalba (Madrid), donde sus restos serán incinerados.