Las declaraciones se han producido durante el homenaje que le ha rendido el Festival

Julianne Moore llegó hecha toda una diosa hasta Roma, donde la quinta edición del Festival le rendía un homenaje. También presentaba «The Kids Are Alright», en la que, junto a Annette Bening, es una feliz y enamorada lesbiana, con problemas cuando el macizo Mark Ruffalo interfiere.

Su llegada coincidió con la última y lamentable bromita homofóbica del caballero Silvio Berlusconi y Moore, conocida por carecer de pelos en la lengua, le lanzó una tirada al operadísimo y estiradísimo «caimano». Tras la proyección del film de Lisa Cholodenko, Moore recibió a la prensa. Era el mismo día en que Berlusconi se había negado a dimitir por mantener relaciones sexuales con prostitutas y menores, alegando: «es mejor que a uno le gusten las mujeres bonitas que ser homosexual».

Preguntada por la metedura de pata, Moore la califició de «arcaica, desafortunada e idiota». También, inoportuna. Moore que recogió, bellísima, en la gala nocturna, el Marco Aurelio para honrar su vida y carrera de manos del director Paolo Sorrentino, siguió. «Es lamentable que a estas alturas alguien siga divulgando esas mentiras. Lo que los niños necesitan son padres amantes. Ya sean dos madres, dos padres o una madre y un padre». El Marco Aurelio ha sido recibido en ediciones anteriores por sir Sean Connery (que acudió con unos pantalones de Tergal arrugadísimos), una andrógina Sophia Loren, Al Pacino y Meryl Streep.

Como todos los años, el Festival se ha visto enturbiado por protestas políticas y culturales. La noche de apertura, con «Last Night» y Keira Knightley y Carey Mulligan en la alfombra roja, unos 700 actores, directores, guionistas y escritores sabotearon la inauguración protestando por los recortes en materia cultural. El resto de las noches, con luminarias como Bruce Springsteen y Aaron Ekhart, han transcurrido sin novedad.