SE ESTRENAN, SIMULTANEAMENTE EN TODO EL MUNDO, 15 MINUTOS DE LA NUEVA PELÍCULA DE JAMES CAMERON

Autoproclamado (irónicamente) «rey del universo» cuando se hizo con 10 Oscars por «Titanic» (1997) -que una década larga después sigue siendo la película más taquillera de la Historia-, megalómano, genialoide, loco por los avances científicos, mujeriego, misántropo, amado y odiado, envidiado y enaltecido a partes iguales, James Cameron (Ontario, 1954) ha vuelto a dar la campanada con una película que le ha llevado 14 años de creación y que, cuando se estrene el próximo 17 de diciembre, revolucionará el cine tal y como lo hemos conocido hasta ahora.

Ayer, se estrenaron mundialmente 15 minutos de «Avatar» (fue llamado el «Dia A») en todo el mundo de forma simultánea, así como en la red. En Holanda, se habilitó uno de los cines mejor equipados de los Países Bajos en la modernísima ciudad-dormitorio de Almere. Desde la pantalla, el propio Cameron invitaba a ponerse las gafas 3-D y a entrar en el mundo Avatar en un puñado de secuencias que, sin desvelar la trama, nos sumergía en el universo que el realizador de «Terminator» y «Aliens» ha creado a lo largo de tres lustros. En la película ha contado con una vieja amiga y aliada, Sigourney Weaver, la legendaria teniente Ripley de «Alien» y en el rol protagónico, Sam Worthington, lo único notable del pestiño que es «Terminator 4», el androide asesino que crearon a medias Cameron y Schwarzenegger, el «Gobernator» de California. Los 15 minutos resultan apabullantes en todos los sentidos. Se aprecia que Cameron ha tomado un poquito de aquí y de allá: «2001: Una odisea del espacio», «Parque Jurásico», «El retorno del Jedi», «El señor de los anillos», «Alien», «La amenaza fantasma» y hasta «Cristal oscuro». Todo ello para recrear a una nueva civilización nunca vista antes, los Na’vi: de piel azul, poderoso esqueleto, tres metros de altura y aspecto al estilo de «El último mohicano» . Hasta ese universo de la luna Pandora llega Jake Skully, el antihéroe de la llamada «Operación Avatar». Un marine que ha perdido la locomoción de las piernas y se ofrece a metamorfosearse en un Na’vi, un hecho que le lleva en un viaje de regeneración con catastróficas consecuencias para los seres azules. Para recrear la luna Pandora, un lugar terroríficamente bello lleno de extrañas y peligrosas criaturas y ricos minerales e impaciente porque en tres lustros no se desarrollaban las tecnologías necesarias, fue el propio Cameron el que creó una nueva generación de cámaras estereoscópicas. Es decir, como sumar dos cámaras en una, de forma que dan dos diferentes perspectivas de la misma escena, simulando la forma en que el ojo humano ve el mundo en tres dimensiones. Cameron también construyó una «cámara virtual», un monitor llevado a mano que le permitió moverse en territorio 3D. James Cameron, que ha confesado que «Avatar» es «Bailando con lobos en el espacio», ha necesitado no sólo 14 años de trabajos sino un presupuesto de 237 millones de dólares y la colaboración del taller de efectos especiales que Peter Jackson posee en Nueva Zelanda. Además de Weaver y Worthington -que le presta al marine el valor e infantilismo y algo de estupidez requeridos- la voz de la dominicana-estadounidense Zoe Saldana (vista en la última «Star Trek»), como la heroína Na’vi, una amazona de pechos descubiertos, enormes ojos rasgados e inglés entrecortado. La respuesta a todas las incógnitas abiertas ayer, «Día Avatar», el 17 de diciembre.