EL CINEASTA IRANÍ PRESENTA EN COMPETICIÓN «LE PASSÉ», UNA PRODUCCIÓN FRANCESA SWOBRE UN COMPLICADO DIVORCIO

Tras el formidable éxito internacional de «A Separation (Una Separación)», el cineasta iraní Asghar Farhadi está por primera vez en la Selección Oficial del Festival de Cannes, con «Le Passé», una película rodada en Francia y en francés. Como en «A separation»,se trata también de un divorcio, pero este pertenece aquí al pasado. Un pasado que impide a los diferentes personajes proyectarse hacia el futuro.

«Le passé» muestra como, después de cuatro años de separación, Ahmad llega a París desde Teherán, ya que a pedido de Marie, su esposa francesa, iniciar las formalidades de su divorcio. Durante su corta estadía, Ahmad descubre la relación conflictiva que Marie mantiene con su hija, Lucie. Los esfuerzos de Ahmad para intentar mejorar esta relación dejarán al descubierto un secreto del pasado.

Asghar Farhadi recibió el pasado año el premio MEDIA de la Unión Europea (entregado este año a Thomas Vinterberg), un premio que recompensa un proyecto con un fuerte potencial de éxito. Ese era el caso justamente de «Le Passé», que en aquel momento era todavía un guión.

El arte y la universalidad de Farhadi se reflejan desde su escritura. Una escritura intuitiva en donde varias historias convergen hacia una situación común. Hay una gran talento en los guiones de Farhadi: la construcción es compleja, pero fluida. Se trata de mostrar las dificultades de las relaciones humanas, de las elecciones que se imponen a cada uno y que cuestionan nuestros valores, nuestras certezas. Conflictos conyugales y familiares, ya que los niños siempre ocupan un lugar en las películas de Farhadi. En Le Passé, la joven Lucie es incluso la clave del relato.

Los personajes de Farhadi a menudo son sometidos a un dilema, pero el cineasta nunca da una respuesta, sino que deja que el espectador sea el juez, como se puede ver en la escena de introducción de «A Separation (Una Separación)». La cámara está en el lugar del juez.

La precisión en la escritura se aprecia también en la dirección de los actores, con quienes ensaya durante varias semanas hasta que se convierten en los personajes, y por supuesto en la representación, constantemente reinventada y conservando siempre la integridad del relato y de los personajes. Es por esta razón que el cine de Farhadi es universal, incluso cuando está inspirado en la realidad iraní, como ha sido el caso hasta ahora.