El actor malagueño se explaya en su tierra natal antes de recicir la Biznaga de Honor del Festival de Cine en Español

«Ser profeta en tu tierra es algo enorme”, ha dicho el actor y director Antonio Banderas tras confirmar que sufrió un ataque al corazón el pasado 26 de enero. Lo ha contado en su comparecencia ante la prensa del Festival de Málaga, donde el actor recibe la Biznaga de Oro Honorífica.

«Me ha pasado como le pasa a miles de personas en el mundo. Me encuentro bien y con ganas de volver a trabajar y de seguir», ha asegurado el intérprete, que ha aclarado que el ataque fue «benigno» y que no le ha dejado secuelas.

Banderas ha querido zanjar así los rumores sobre su estado de salud, disparados tras su ingreso hace unos días en una clínica suiza para, según sus palabras, «una puesta a punto» y para someterse a «un tratamiento antiestrés». «No ha sido tan dramático como se ha descrito», ha confesado hoy ante los medios. Los rumores se habían intensificado porque en enero tuvo que acudir de urgencia a un hospital de Inglaterra a causa de un repentino y «agónico dolor en el pecho». El actor se sintió mal mientras hacía deporte en su casa de Surrey, donde vive con su actual pareja, Nicole Kimpel, aunque tras unas horas en observación le dieron el alta. Hoy ha explicado que sufrió «un ataque al corazón benigno».

Tras su estancia en la clínica de Ginebra, el actor malagueño ha reaparecido en su ciudad natal, que acoge la vigésima edición del Festival de Cine, y le ha homenajeado. El galardón lo recogerá esta noche, en la gala de clausura del festival, a cuyos organizadores ha agradecido «la paciencia» que han tenido con él. «El Festival de Málaga no me debe nada, se ha hecho mayor y ha cumplido 20 años a través del esfuerzo de muchas personas, soy yo quien le debe al festival la paciencia que ha tenido conmigo, me hubiera gustado estar mucho más cerca de él», ha dicho Banderas. Y ha recordado sus inicios en el cine. «Todo empezó todo a unos 15 metros de aquí, en el Teatro Romano, donde comencé a trabajar como actor en obras de teatro sobre romanos. Venía vestido de romano en un vespino».

Desde entonces hasta hoy, una meteórica carrera aquí y más allá de nuestras fronteras. Lo que le ha reportado éxito, pero también cierto desgaste. «El año pasado crucé el Atlántico siete veces. Quizás por eso he pagado un precio y ahora me estoy replanteando muchas cosas. Me convertí en un «workaholic». No podía parar». Sobre sus planes futuros, ha confesado que tiene ganas de volver a dirigir: «Soy un insensato y creo que lo mejor está por venir a pesar de todos los obstáculos que te va poniendo la vida».

«Ser profeta en tu tierra es algo enorme, es una emoción con la que hay que tener mucho cuidado”, añadió horas antes del tributo con el que se pondrá fin a la edición con la que el certamen cinematográfico de su ciudad natal alcanza las dos décadas», ha añadido.