La película, protagonizada por la niña Zoe Gavira y Rosalinda Galán, transcurre entre el documental y la ficción

El 19 Festival de Málaga ha presentado hoy a competición en Sección Oficial la película «Zoe», primera incursión del realizador bilbaíno Ander Duque en la ficción, aunque con muchos elementos del cine documental en el que ha desarrollado buena parte de su trayectoria fílmica. «El planteamiento inicial era aprovechar esa narrativa del cine documental y comprobar si funcionaba en la ficción”, ha dicho el director.

El resultado es «Zoe», que protagoniza la niña Zoe Gavira, la actriz y cantante Rosalinda Galán, tía de la pequeña en la vida real, y buena parte del entorno familiar. Por la pantalla desfilan también la madre y abuela de Zoe y los vecinos y amigos de la familia, ya que la película está rodada en el pueblo natal de Rosalinda Galán. Se trata de una película «privada, hecha prácticamente por nosotros tres”, ha señalado el director.

«Zoe» es una película sobre la crisis, que tiene como protagonista a una niña de cinco años y gira en torno a los intentos de una madre soltera y sin trabajo que intenta que su pequeña no descubra esta tremenda realidad. «Me interesaba sobre todo reflejar la relación tan bonita de Zoe y Rosalinda porque estaba convencido de que teníamos una pequeña joya en las manos”. A partir de ahí, «se plantearon varias líneas argumentales y la historia que aparece en la pantalla surgió como uno de los guiones posibles”, dijo el realizador.

El elenco de la película son actores no profesionales y muchos de los que aparecen son personas reales del entorno de la actriz. «Les planteaba la situación, situaba unos micrófonos y dejaba que la escena siguiera su curso –ha dicho Duque-; en la película solo aparecen las primeras tomas o alguna segunda toma, ya que iba buscando sobre todo la frescura y la espontaneidad”.

El director hizo un seguimiento especial a la pequeña protagonista porque «una vez que entró en el juego y fue asimilando el argumento de la película, no podíamos perder ninguno de sus momentos de reflexión”. Por ejemplo, la escena en la que Zoe fantasea con su madre sobre cómo sería su casa ideal. El trabajo complicado vino después, en la mesa de montaje, pero merecía la pena”, ha reconocido el director.

Por último, Ander Duque defendió el cine como reflejo de «esta realidad tan dura”, pero con matices, ya que, bajo su punto de vista, «no tiene que resultar incómodo de ver, soy más partidario de invitar a la reflexión de manera más sutil que ser descarnado, radical e incendiario en el discurso”.