Este equipo de cineastas de marido y mujer, termina su película sin ninguna ayuda externa, con el presupuesto de «un coche usado»

Anais y William Yeager son dos artistas cuyo deseo de crear una película que cambiase el mundo fue tan poderoso que vendieron todas sus posesiones; no quisieron ponerse simplemente pelucas y disfraces y llamarse actores, sino que pasaron tres años estudiando diferentes tipos de materias, desde la filosofía de Aristóteles, Sócrates o Edgar Cayce, a la religión, las antiguas enseñanzas o las escalas geométricas sagradas, pasando por la política, la reserva federal, la declaración de derechos, las enmiendas, la constitución americana… «De esta forma lo que el espectador recibirá no es otra «amable» película de Hollywood atestada con complots, y tramas secundarias, sino un poderoso diálogo cara a cara que abre la mente a la idea de lo que significa ser libres», dicen Anais y William Yeager. «¿Somos realmente libres?», se preguntan.
«Jesus of Malibu» es una película independiente creada por Anais y William Yeager, que han dedicado más de cinco años a desarrollar y filmar su película. El film se presentará mundialmente en el Festival de Cine de Sundance de 2011, donde sus creadores están convencidos que «por su originalidad, autenticidad y controversia, llegara a convertirse una sensación mundial».

William y Anais se embarcaron en este «viaje espiritual» hace más de cinco años, queriendo producir una película que pudiera cambiar el mundo; lo que descubrieron fue que el deseo de posesiones, vanidades, la corriente de cultura comercial pop, la sociedad, la aceptación, los elogios y los premios no son el sendero para crear una película poderosa.
Vendieron lo único que tenian de valor, su coche, y con ese dinero compraron su equipo de cámara y una caravana de 14 pies de 1972, que utilizaron como un medio para vivir y estudio de grabación, y empezaron a recorrer la Ruta 66, «la carretera madre» según sus palabras, viviendo y filmando en desiertos y edificios en ruinas. Las localizaciones fueron todas gratis, pero se tuvieron que cuidar de las serpientes de cascabel, tarántulas, hormigas rojas…, etc. Anais avisó a William en dos ocasiones antes de que éste pisase una serpiente de cascabel.

Lo que ellos han descubierto con esta película es lo que ningún cineasta ha podido lograr; la pareja escribió, produjo, dirigió, actuó, compuso toda la banda sonora, construyó los objetos y accesorios necesarios, manejó cámara, luces y sonido, terminando su película completamente solo entre los dos.
Durante 18 meses la pareja viajó por 13 estados grabando en sitios como el famoso Valle de la Muerte a temperaturas medias de 50 grados centígrados, o en las cumbres de las nevadas montañas de Utah. Pero lo que hace de esta película en algo que va mucho más allá de cualquier otro film de culto, es su indagación y explicación su temor de la mente y el espíritu humanos, su desafiante valentia por mostrar lo ninguna otra película ha dicho antes, tomando «riesgos monumentales» en Estados Unidos, donde ciertos grupos ha comenzado a denunciarla y pedir su prohibicion.
Anais y William Yeager hablan de «Jesus of Malibu» como «la revolución para la libertad de la mente humana, es una «Película Trascendental», sus conceptos nunca han sido utilizados. Sabemos qué es lo que importa, y hacemos lo que uno cree que es lo correcto, porque así formas parte de esa luz que nadie puede apagar». concluyen.