Una tragedia grotesta entroncada en la España de los 70 con dos payasos enfrentados por el amor de una bailaria
Álex de la Iglesia ha presentado hoy en la Mostra de Venecia su última película, «Balada triste de trompeta». Definida como una tragedia grotesca de terror cómico, el filme recibido con frialdad pero también con mucha curiosidad, compite en la Sección Oficial y opta al León de Oro 2010.
La película es un particular retrato de la Historia de España del siglo XX, filtrado a través de la mirada de dos payasos enfrentados por una misma mujer. El título está tomado de una canción de Raphael. La película arranca con una tamborrada buñuelesca que sitúa de inmediato el tono de la película, unos títulos de crédito formidables. Es un estruendo sobre un brutal montaje de imágenes que componen un museo del horror, célebres rostros en blanco y negro del franquismo y la Transición. Un relato incrustado en la historia española, que se inicia en la guerra civil pero que se desarrolla principalmente en 1973, y que de fondo tiene nada menos que las dos Españas.
«Me interesa el payaso como símbolo», ha explicado el cineasta en un encuentro con la prensa española. «Es una figura terrorífica fuera de contexto, que tiene un link con el sacerdote y el torero. Los tres llevan trajes de luces, los tres participan en un ritual de iniciación en el que hay un sacrificio». La película es una historia de payasos, pero también de televisión y terrorismo (el atentado contra el presidene Carrero Blanco está muy presente) en el mundo del «circo» (entrecomillado), según explicó el propio director
La clave de la película es el modo en el que se entremezcla la historia real de España y el drama que ocurre en un circo: dos payasos terroríficos y desfigurados que se enfrentan a muerte por el amor de la bailarina. Esta tragedia grotesca está protagonizada por Carlos Areces, Antonio de la Torre y la bella actriz Carolina Bang, también participa Santiago Segura, Fran Perea, Sancho Gracia, Fernando Guillén Cuervo y Enrique Villén
Álex ha abogado por superar el pasado: «Sinceramente sí. Deberíamos desprendernos de un pasado que nos obsesiona. Si no vamos a terminar partiéndonos en dos» ha dicho en Venecia feliz de que la película se viese por personas que no conocen los pormenores españoles del último medio siglo.