la peluquería y posticería de setenta años de cine, teatro y ópera del 15 de diciembre al 20 de febrero

No es la primera vez que el cabello y el cine son objeto de una exposición. Esta vez es el Teatro Español de Madrid el que abre sus puertas y recrea en uno de sus salones un taller de peluquería y posticería de los años 40 a través de la trayectoria de Antoñita, viuda de Ruiz. La exposición titulada «Al teatro por los pelos» se abre este 15 de diciembre y permanecerá hasta el 20 de febrero.

Jefa de peluquería del Teatro Español desde hace más de tres décadas, esta octogenaria llamada simplemente Antoñita, la primera mujer que recibió el Premio Segundo de Chomón de la Academia de Cine, recuerda sus inicios en la profesión en «Al teatro por los pelos», título de la muestra que ofrece al visitante la posibilidad de conocer la peluquería y posticería de setenta años de cine, teatro y ópera.
El estreno de «Beaumarchais», con José María Flotats, es el telón de fondo de la exhibición que, además de fotos, escenas de películas e instrumental, cuenta con documentos escritos, como un glosario de 700 términos en desuso que no existen en el diccionario de la Real Academia Española, como calota (calva postiza), posó (moño filipino), barbotejo (parte del tocado) o hermón (máscara).
La escenografía de Andrea D’Odorico es el marco de esta muestra en la que el cine está muy presente desde las numerosas películas en las que ha participado Antoñita. Con su marido, Julián Ruiz «Julipi», realizó la peluquería de todos los filmes que Samuel Bronston rodó en España –»El Cid», «La caída del Imperio Romano», «55 días en Pekín»-, y otras superproducciones norteamericanas como «Doctor Zhivago». Hay secuencias e imágenes de ellos trabajando.
Entre las paredes de la exhibición también hay material de «Solas», «Los lunes al sol», «Los santos inocentes», «El perro del hortelano», «Los abrazos rotos» y «Amador», títulos en los que, ya en solitario, también ha trabajado Antoñita. Entre tijeras, postizos y mechones también están los moldes de las cabezas de actores que fueron habituales en el taller de esta veterana profesional.