Una adaptación de la obra de Tennesse Williams sobre una mujer que se debate entre cumplir con las convenciones sociales y la necesidad de dar vida a sus deseos

El Centro Dramático Nacional afronta una nueva producción escénica. En esta ocasión, lleva a las tablas del Teatro María Guerrero de Madrid «La rosa tatuada», de Tennessee Williams. Aitana Sánchez-Gijón se mete en la piel de una mujer que se debate entre la obligación de cumplir con las convenciones sociales y la necesidad de dar vida a sus deseos.

«La rosa tatuada» tiene como protagonista a una viuda que decide guardar luto permanente por la pérdida de su marido. Las normas impuestas por la sociedad en la que vive y la educación tradicional que ha recibido la obligan a vivir en ese sufrimiento permanente. Sin embargo, pronto descubre que existe vida más allá del ostracismo al que ha sido relegada y comienza a sentir pasiones no conocidas hasta entonces.

La pieza de Williams, de extraordinaria vigencia pese a haber sido estrenada en la década de los 50, da cabida a aspectos como el puritanismo, la hipocresía social o la lucha interna de las personas que se debaten entre lo que deben hacer y lo que realmente sienten y desean.

Carme Portaceli es la directora escénica de una obra que cuenta con la traducción de Vicente Molina Foix y la versión de Gabriela Flores y la propia Portaceli. Sobre las tablas, Aitana Sánchez-Gijón está acompañada por un sólido reparto compuesto por Jordi Collet, Roberto Enríquez, David Fernández «Fabu», Alba Flores, Gabriela Flores, Ignacio Jiménez, Paloma Tabasco y Ana Vélez.

«La rosa tatuada» se estrena en el Teatro María Guerrero de Madrid este viernes 29 de abril y permanecerá en cartelera hasta el próximo 19 de junio. El jueves 26 de mayo tendrá lugar un encuentro con el público asistente al terminar la función.