La Academia de Cine acoge en su sede de Madrid una muestra de la montadora y artista
«Construir desde los márgenes irracionales del cine, generar con códigos híbridos una narrativa de color e imagen que denuncie realidades de injusticia universal” es la premisa de la que parte Julia Juániz para «Abrir mundos», una muestra de la artista cuya obra ahonda en el alma del plano y experimenta con técnicas como las películas pintadas.
La variedad de sus temáticas suele tener un eje conductor: el lado inquietante de las realidades, la oscuridad y el dolor, coincidiendo con una constante preocupación por los niños, la mujer y su universo.
La exposición, que la Academia de Cine abrió al público en su sede de Madrid el pasado lunes 23, consta de películas pintadas a mano, fotograma a fotograma, que podrán verse tanto en forma de lienzo como proyectadas en diferentes monitores. Esta instalación plasma un proceso mental que demuestra la expresividad de la pintura aplicada a la imagen en movimiento, con una combinación de colores y un divertido juego entre la imagen y el sonido. Collages de fotografías de hombres y mujeres indefinidos, diferentes imágenes, referentes a los medios de comunicación, y piezas de cine experimental y videoarte completan la retrospectiva.
Julia Juániz, que desde 1986 se dedica profesionalmente al cine después de haber trabajado como meritoria de dirección, cámara y montaje, crea obras que le obligan «a hacerme preguntas sobre algo que me preocupa o me parece interesante. Ya puede ser una imagen, una frase o una acción, y a partir de ahí construyo la obra. Cuando uno cuenta algo, da al espectador y su capacidad imaginativa el poder para entender su propia historia. Hay que incitar a las personas a tener una presencia activa y constructiva”. La montadora y artista ha trabajado en el cine con Carlos Saura, Daniel Calparsoro, Ramón Barea, Rafael Gordon y Ouka Leele, entre otros muchos, y ha expuesto su obra en La NeoMudéjar y la Fundación Fondo Internacional de las Artes Artes (FIART), entre otros espacios.
A camino entre el cine y el arte, manifiesta que «todo es lo mismo: contar historias. Vengo del mundo del montaje y, por eso, el ritmo de la pieza, el sonido, la música y los tiempos que construyo están muy pensados en relación al espectador”. Colaboradora habitual de Saura, asegura que para ella es alguien «muy especial. Hemos hecho juntos un recorrido de vida de muchos años y trabajo. Me ha dado libertad a la hora de montar, porque sabia que si no le gustaba se podía cambiar y eso es muy importante para un montador creativo. Su trabajo de cineasta, fotógrafo y pintor me ha influenciado en mis obras, pero tambien en la vida”.