El guionista Joe Eszterhas denuncia la locura del actor

Tras los escándalos de la conducción alcoholizado y los insultos a los judíos, de su divorcio de su mujer de siempre, la sufridora enfermera Robyn, de tener una hija (Lucia, la octava de su progenie, que incluye una monja) con una buscadora de dinero, la turbia rusa Roksana Grigorieva y el fracaso de la película «El castor» (en la que está excelente bajo la dirección de su íntima amiga Jodie Foster, al circo de Gibson le siguen creciendo los enanos.

Tras esta década tumultuosa, sale de la oscuridad el guionista y escritor Joe Eszterhas («Instinto Básico», película del holandés Paul Verhoeven) y le ataca por la directa. Lo hace a bordo del libro («Heaven and Mel» («El cielo y Mel») en que confiesa vivir aterrorizado por el actor norteamericano protagonista de las películas de culto «Mad Max» trasplantado a Australia por su ultramontano padre, Hutton Gibson para evitarle tener que ir a la guerra de Vietnam.

La irónica cuestión es que el pasado mes de diciembre las familias Gibson y Eszterhas realizaron juntas un viaje de vacaciones a Coste Rica, donde, según el autor, el actor y director de «Braveheart» (por la que obtuvo dos Oscar personales) descargó unos ataques de ira y furia insoportables. Siguió insultando a los judíos y realizando llamadas telefónicas amenazadoras a su ex, Grigorieva. Sorprendetemente, en el prólogo del libro aperece una nota del increpador, Mel Columcille Gérard Gibson: «Por favor Joe, perdóname, me equivoqué». Sin embargo, Eszterhas, añade: «Petición de perdón no aceptada». Desde entonces, los íntimos amigos no se han dirigido la palabra. Y es que se conoce el carácter vesánico del actor, pero el del guionista no le va a la zaga.

Sin embargo y recientemente, en una entrevista en la cadena CNN por el libro, su autor dijo, mirando a la cámara: «Por favor, búscate alguna ayuda efectiva antes de que alguien resulte herido. Por favor, cesa de decir las viles palabras que utilizas y me has lanzado y has enunciado sobre los judíos. Eres una figura de fama mundial y tu responsabilidad es trabajar precisamente contra el tipo de odio que alimentas».

Y por si ésto no bastara, hace un par de semanas en que el padre del actor, Hutton Gibson, ha solicitado a sus 93 años el divorcio de su mujer Teddy Joye, de 70. El nonagenario acusa a su mujer de haber abusado de él y el hijo no ha dudado en correr a su ayuda y ponerse de su lado. Gibson senior está seriamente enfermo y necesita un fortísimo cuidado médico. Teddy cree firmemente que la familia de su marido está prolongando el sufrimiento de éste y ella quiere disminuir las medicinas y acelerar su fallecimiento. Y asegura que es precisamente lo que Hutton desea.

En la web TMZ confirman que el propio Mel se encarga de que todos los medicamentos le sean administrados y proclama a los cuatro vientos que lo que Joye ambiciona es la casa del marido. La cuestión es que el propio Hutton solicitó la separación y firmó los documentos con sus temblorosas manos. Desde hace décadas los hijos del ultraconservador Hutton se llevaron pésimamente con su mano. Podrían decir lo de «Mommy Dearest»