«Margina Call» con Kevin Spacey y «El premio» de la debutante Paula Markovitch, dos denuncias de lo peor de la sociedad

La competición de la 61 Berlinale ha empezado con voces nuevas, sangre fresca, historias fuertes y altas expectativas. Ha corrido a cargo de JC Chandor, a cargo de la historia y la dirección, y la guionista Paula Marcovitch, autora de los textos de «Temporada de patos» y «Lake Tahoe» y que debuta en la dirección con la muy conmovedora «El premio», sobre los hombros de una fulgurante niña prodigio que responde al nombre de Paula Galinelli Hertzog.

El reparto del film del durísimo film de Chandor es fulgurante y megatestosterónico. Lo encabezan Kevin Spacey y Paul Bettany, arropados del siempre eficaz Stanley Tucci, un mercurial Jeremy Irons, tan despiadado como siempre, el «mentalista» Simon Baker haciendo de tiburón guapo pero descerebrado, una estupenda Demi Moore, un cameo tierno de Mary McDonnell y Zachary Quinto, un nuevo valor de Hollywood (la precuela de «Star Trek» en la que era un joven doctor Spock), que debuta en la producción con una compañia que fundó cuando tenía 16 años.
«Margina Call» se desarrolla a lo largo de una turbulenta noche en un edificio de lujo de oficinas de Wall Street. Durante 24 horas del momento en que en 2008 comenzó la brutal crisis que condujo a la actual recesión, se descubre una catástrofe financiera en una poderosa firma de inversiones de efectos descomunales. Los ecos del fraude de Bernie Madoff se dejan sentir. Al igual que hiciera «Glengarry Glen Ross», «Margin Call» elige contar una debacle mundial desde las miserias de los seres humanos pequeños pero poderosos. Solo dos de los despiadados tiburones se salvan del baño de sangre humana en que se convierte la historia, el derrotado dueño de un perro moribundo que es Kevin Spacey, y Stanley Tucci, descubridor de la trama fraudulenta que conducirá a inocentes inversionistas a la bancarrota y primer martirizado del peor capitalismo.
Muy distinta, pero igual de conmovedora resulta «El premio», una historia autobiográfica de la hasta ahora guionista Paula Markovitch. Ella es Cecilia Edelstein, una niña de siete años varada en una casa playera abandonada y precaria de la remora Santa Teresita argentina, donde se ha refugiado con su triste madre tras la desaparición de su padre. Son los años más duros de la dictadura militar de la Junta y la niña no comprende el alcance de su tragedia.
Escolarizada, debe de mentir, ocultar su identidad y tratar de jugar y ser feliz. Pese a vivir en un ambiente inhóspito de viento y frio, con una casa que se inunda y un temporal cosntante. El problema surge cuando el ejército convoca un premio a quien escriba la más loatoria redacción acerca de la fuerzas armadas y Cecilia escriba acerca de los malvados y locos soldados que mataron a su prima que tocaba el piano.
Con su inocencia y verdad se pone a ella y su madre en peligro. Maravillosamente interpretada y con una geografia que es otra protagonista, Markovitch cuenta un baño de sangre y tragedia nacional a traves del día a día de juegos y risas de una inocente pequeña de siete años. Un grande nut para una voz muy prometedora.