Un thriller entre rejas del debutante Enrique García, presentado en el Festival de Málaga

«321 días en Michigan» es un drama que se adentra en el género del cine de cárceles desde una perspectiva moderna y alejada de los clichés convencionales, del debutante Enrique García que, con una estética de cuento contemporáneo, narra el proceso de redención un joven de éxito que ha ido a dar con sus huesos en la cárcel, aunque para todos sus familiares y amigos se encuentra en Michigan. La película se ha presentado este miércoles en el Festival de Málaga.

La película la protagoniza Chico García, hasta ahora un conocido actor de teatro clásico que da aquí el salto al largometraje. Junto a él, Héctor Medina, Virginia DeMorata, Virginia Muñoz y Salva Reina. «Mi primera visita a una cárcel en 2009 me impactó, porque lo había visto siempre como una suma de clichés cinematográficos, de películas americanas y españolas, y encontré algo completamente distinto a mis prejuicios», ha afirmado hoy en rueda de prensa Enrique García.
«Una de las mejores universidades de economía de los Estados Unidos es la Ann Arbor College de Míchigan. Y de ahí viene el título”, explica Enrique García. «El protagonista decide ocultar que está en la cárcel y explica su ausencia contando que se ha ido a Míchigan a hacer un máster, una situación, que a muchos puede resultar rocambolesca, pero que es más común de lo que se piensa entre presos”. Sin embargo, este original planteamiento, está muy desaprovechado en la película, que apuesta más por la redención del protagonista que descubrirá en la prisión valores de los que carecía. «Se trata de una historia coral que desarrolla varias tramas», ha dicho el director

Rodada casi íntegramente en la antigua prisión de Málaga, hoy cerrada, la película transmite un naturalismo conseguido tras múltiples reuniones con funcionarios e internos «de todas las jerarquías, desde los que están a un paso del tercer grado hasta los que se sienten muy contentos de su estatus de criminal», según Enrique García, que ha buscado «el máximo naturalismo” la «cotidianeidad, rutina y normas” de la cárcel, para lo cual él y su guionista, Isabel Sánchez, han pasado por una largo y exhaustivo proceso de documentación en el que han contado con la ayuda del centro penitenciario de Málaga.
El protagonista está interpretado por Chico García, quien considera que la película está dirigida especialmente «a los familiares de los internos, porque le pone color a los muros de la prisión. La cárcel son miradas, hablar con unos internos que te dicen que la cárcel te reinserta y con otros que te dicen que no, y hemos intentado cargar a los personajes de toda esa humanidad que hay dentro de la cárcel», indica el actor.

Otra de las protagonistas es Virginia de Morata, que construyó su personaje a partir de la «culpabilidad», por lo que «se siente cómoda en la cárcel y es una persona madura, que asume lo que ha hecho, y cuya preocupación son sus hijos, que no noten la ausencia de su madre».

Además de García y De Morata, forman parte del reparto Héctor Medina, Virginia Muñoz, Salva Reina, Aníbal Soto, Juanma Lara, Cuca Escribano, Concha Galán, José Manuel Poga o Joaquín Núñez en esta película, que es la primera producción netamente malagueña que participa en la sección oficial a concurso en las diecisiete ediciones del Festival de Cine Español de Málaga.