UNA ÓPERA BUFA QUE SATIRIZA EL ACTUAL SISTEMA JUDICIAL

Santiago Ramos protagoniza «La fiesta de los jueces», una ópera bufa que satiriza el sistema judicial actual. Dirigida y versionada por Ernesto Caballero para la compañía Teatro El Cruce, la obra se estrena este miércoles 1 de setiembre en la Sala Verde de los Teatros del Canal, en Madrid, donde permanecerá hasta el 26 del mismo mes.

«La fiesta de los jueces» es un montaje basado en la farsa costumbrista «El cántaro roto», del dramaturgo alemán Heinrich von Kleist. Ramos interpreta al juez Adán y comparte escenario con Juan Carlos Talavera, Jorge Martín, Silvia Espigado, Karina Garantivá, Jorge Mayor, Jorge Torres y Rosa Savoini.
El espectáculo se enmarca en el género de la sátira; una sátira que, en ocasiones, deriva hacia una suerte de ópera bufa, como evidencian los diversos números musicales que se incluyen. La escena se presenta cubierta de los restos de documentos y expedientes que han sido pasto de las trituradoras de papel, también se ha dispuesto un rústico mobiliario que contrasta con los telones y las luces propias de los solemnes y protocolarios actos oficiales; finalmente, un gran espejo en el que se ven reflejados unos jueces que, mediante un desenfadado juego teatral, no hacen otra cosa más que juzgarse a sí mismos, dota de inesperados y elocuentes planos visuales al grupo de actores/magistrados presentes en escena durante toda la vista/representación. Los jueces, como Narcisos de toga y oposición, están de fiesta en una ensimismada ceremonia de pretendido acercamiento a la sociedad; sin embargo, pese a sus buenas intenciones, no evitarán que su respetable imagen corporativa termine hecha trizas como el propio cántaro de la farsa de Kleist.
Un espacio abierto donde esperan los magistrados su turno de actuación, donde se toman su copita de cava, donde dejan sus togas colgadas en burras de camerino, todo a la vista… Un espacio acotado por un suelo y un espejo, y articulado por el movimiento de una mesa y unas sillas escogidas para acompañar a cada personaje. ¿Es nieve?, ¿confeti blanco?, ¿es una alusión a la paja? Es todo a la vez, pero en realidad de lo que se trata es de miles de actas trituradas. Sí, papel triturado que se apelmaza según pasa la obra y va dejando calvas como las huellas que deja Adán en la nieve…Y un gran espejo que crea el teatrito dentro del teatro, que lo ve todo, lo refleja de nuevo y lo lanza con nitidez de vuelta…, el juez que se juzga a sí mismo…, un poder que está por encima de las marionetas de Kleist…con un ángulo que amenaza… Y finalmente nos dan carpetazo… ¿y a la huelga?
Ernesto Caballero detalla que la farsa de Kleist «fustiga la corrupción de la justicia de su tiempo» y que su versión pretende «extender la sátira hacia nuestro propio y peculiar sistema judicial, cuyo funcionamiento, en ocasiones, recuerda inquietantemente al trazado por el escritor alemán», aunque esté «revestido de valores, conductas y procedimientos de inequívoca denominación de origen».