La película sobre un papa deprimido y asfixiado por su trabajo se estrena en Italia el 18 de junio

La última película de Nanni Moretti (Brunico, Bolzano, 1953) data de 2006: «Il caimano», una mofa del peor Silvio Berlusconi, que desencadenó la furia de Il Cavagliere. Para el Festival Internacional de Cine de Cannes y dentro de la película comunitaria «Chacun son cinèma» (2007) dirigió «Diario de Uno Spettatore», en la que acompañado de su pequeño hijo Pietro acudía a un cine a mostrarle la seminal «Los cuatrocientos golpes» de François Truffaut y el crío se impacientaba queriendo ver «Matrix».

En 2008 y en la Berlinale estuvo como guionista y protagonista de «Caos calmo», en la que era un viudo que no podía con su dolor y sobreprotegía a su hija. En el film, un «cameo» de un amigo entonces libre, Roman Polanski. Moretti abandonó toda actividad cinematográfica para dirigir durante dos ediciones el Festival Internacional de Cine de Turín, con la acostumbrada polémica. Allí, su último acto público fue dirigir una impresionante «master class» con Polanski.

Pero Moretti está de regreso y a lo grande. En «Habemus Papam» ha conseguido reconstruir la Capilla Sixtina de Miguel Angel en los estudios de Cinecittá. La escala es de 4 sobre 5 del original. La producción ha corrido a cargo de su propia compañía, Sacher Film, en colaboración con Fandango, Rai Cinema y la francesa Le Pacte. El filme llega a los cines italianos el 18 de junio.

El guión es del propio Moretti junto con Francesco Piccolo. El propio director protagoniza junto a Michel Piccoli, Margherita Buy (una habitual de sus filmes), Jerzy Stuhr, Roberto Nobile, Renato Scarpa y Francesco Graziosi. La historia narra la de un Papa deprimido, asfiado por el volumen de su trabajo. Benedicto XVI, que cumplió 83 años en abril bajo la colosal controversia de los casos de pedofilia en la Iglesia romano católica, es seguro que no da la bienvenida al filme.

Concebido como un «drama», Moretti sólo ha dicho que el film finaliza con un «tono ligero». Se sabe que un concilio de cardenales, esperando la «fumata blanca» de las votaciones, baila una canción argentina durante la espera. El film se acabó de rodar el pasado 26 de marzo en un ambiente alegre y Moretti invitó al equipo a una copiosa comida en el litoral romano, en un restaurante de la localidad de Ardea.