SU ÚLTIMO ESPECTÁCULO, «VELADA DANZANTE», LO HABÍA ESTRENADO A MEDIADOS DE MES

La coreógrafa y bailarina alemana Pina Bausch, una de las artistas más importantes de la danza contemporánea, falleció este martes 30 de junio, cinco días después de que se le diagnosticara un cáncer, según anunció Ursula Popp, portavoz del Tanztheater de Wuppertal la compañía que fundó hace más de 35 años.

«El domingo pasado todavía estuvo en el escenario, junto con su compañía», destacó. Según Popp, había sido internada en el hospital para exámenes debido a un estado de fatiga intensa. Josephine (Pina) Baush era una de las más ilustres coreógrafas contemporáneas y su fama comenzó en el Metropolitan Opera de Nueva York. Era considerada la gran dama de la danza contemporánea alemana, con un estilo expresionista único que a sus comienzos provocó polémica, antes de ser reconocido mundialmente.
Después de pasar por el templo neoyorquino, la coreógrafa de rostro sombrío introdujo el concepto de ‘danza-teatro’ en Alemania y el mundo entero. De esta forma impuso en el mundo del teatro un estilo de danza muy personal, basado en la exageración y la contradicción, mezclando lo inmenso a lo insignificante, tanto en los gestos de los bailarines como en los decorados. Bausch cambió el papel del bailarín y dio otra utilización a los objetos, introduciendo en el escenario esquíes, bicicletas, muros y acantilados.
Algunos la consideraban una coreógrafa única y sin igual en la dirección de sus temas predilectos, como el miedo o la guerra de los sexos, y destacaban la vitalidad artística de sus obras. No obstante, sus problemáticas extremistas y sus arquetipos (la histérica, la esclava…) molestaban a otros. «Lo que me interesa no es tanto (saber) cómo se mueven las personas, sino lo que las emociona», declaró ella en una entrevista.
Celebró los 25 años de su Tanztheater en 1998 con un festival de tres semanas en Wuppertal, cuna de sus creaciones expresionistas y gloria del ballet alemán. Allí presentó una muestra de sus ballets, desde los más antiguos a los más recientes, pasando de «Ifigenia en Táuride» (1974) al «Limpiador de ventanas» (1997), estrenado en Hong Kong en ocasión de la devolución de la colonia británica a China. Asia la inspiró. En 2006 se encontraba en India con una parte de su compañía y luego presentó «Bamboo Blues», una creación con los colores de India.Bailarines llegados de todo el mundo frecuentaron su Tanztheater en Wuppertal, Renania, que con el paso del tiempo se convirtió en uno de los templos de la danza moderna mundial. Bausch era esperada a mediados de julio en Moscú, donde debía presentar su espectáculo «Los siete pecados capitales» en el Festival Internacional Chejov. Por el momento no se ha decidido el futuro de esta gira. En cambio, el Tanztheater se presentará este martes por la noche en Breslavia (Polonia), según su portavoz.
A mediados de junio, Pina Baush había presentado en Wuppertal su última creación, «Tanzabend» («velada danzante»), un espectáculo melancólico con un escenario negro vacío y ritmos lentos. Ella viajaba con su compañía por el mundo entero, y todos los años bailaba en el Théâtre de La Ville de París, donde las entradas se agotaban inmediatamente.