El protagonista de «Colinas ardientes» ha fallecido a los 86 años

El actor estadounidense Tab Hunter, protagonista de filmes como «Colinas ardientes» (1956), «Malditos yanquis» (1958), «Pistolas hostiles» (1967) o «No importa morir» (1969), falleció este domingo 8 de julio a los 86 años, según informó su página oficial de Facebook.

«Noticia triste: Tab murió anoche, tres días antes de cumplir 87 años. Por favor, honren su memoria con una oración en su nombre. A él le habría gustado», señala la publicación de la paginal oficial de Facebook del actor que acompaña el mensaje con dos fotos del intérprete.

El escueto comunicado no revela ni el lugar ni la causa de la muerte del actor, que fue una de las estrellas del Hollywood dorado de la década de los cincuenta gracias a sus papeles en películas como «Más allá de las lágrimas» (1955) y «Colinas ardientes» (1956).

Su verdadero nombre era Arthur Kelm, y dejó los estudios y ocultó que solo tenía 16 años para alistarse en el Ejército, aunque el engaño duró poco. Su imagen de galán conquistador –»el chico suspiro», lo bautizó Hollywood– marcó su carrera, la típica mentira de estudio para vender entradas. La malograda estrella de Hollywood confirmó ser homosexual en 2005 en su autobiografía publicada en 2005, «Tab Hunter Confidential: The Making of a Movie Star», que fue un éxito de ventas.

Su homosexualidad estuvo en el centro del debate cuando le llegó la fama a mediados de siglo, una época en la que era un tema tabú dentro de la sociedad estadounidense. Su autobiografía pasó a la gran pantalla con el documental de Netflix «Tab Hunter Confidential», en el que el actor reflexionaba sobre su carrera y hablaba sobre qué fue para él no salir del armario hasta avanzada edad.

Alto, guapo, rubio y con un perenne bronceado surfero, Hunter fue un ídolo de las adolescentes en los años 50, aunque al contrario que el protagonista de «Gigante», sus películas rara vez entusiasmaron a los críticos. Ya en sus primeras apariciones («La isla del deseo») era frecuente verlo sin camiseta o en tramas tórridas, hasta donde permitía la época, con Dorothy Malone en «Más allá de las lágrimas», con Sophia Loren en «Esa clase de mujer»… Cuando los tabloides amenazaron con destapar sus preferencias sexuales, la industria le buscó novias postizas y más papeles de conquistador.

En los 60 abandonó la Warner y la calidad de su filmografía menguó, con títulos que a menudo incluían palabras como surf, playa o incluso bikini, demasiado para el mejor actor. Probó el teatro, pero ni Tennessee Williams lo salvó sobre las tablas. Se refugió en la televisión cuando el medio no tenía el fuste actual, si bien regresó en los 80, más maduro y mejor actor, una vez liberado de su maldita juventud que había hecho de él una estrella del cine (y de la música).

Su último filme, cuya historia también escribió, fue la notable «Dark horse» en 1992. Quizá su carrera fue la prueba de que la belleza a veces es perjudicial. O puede que todo fuera cuestión de suerte; estuvieron a punto de darle el papel que al final logró James Dean en «Rebelde sin causa» y se quedó sin el de Tony en «West Side Story». A cambio, sus personajes más recordados puede que sean «Colinas ardientes» y «Grease 2».

Además de actor, Hunter destacó también como cantante de «Young Love», llegando a encabezar la conocida de lista de popularidad de sencillos de Estados Unidos Billboard Hot 100.