EL EX ACTOR, QUE PLANEA SU REGRESO AL CINE, REALIZA UN CAMEO EN EL FILME DE STALLONE

Arnold Schwarzenegger sabe como cagarla de maravilla. No sólo ha dejado al próspero Estado del Oso en la ruina, convirtiéndose en el regidor más impopular de la historia, sino que decidió recortar las deudas billonarias cosechadas con el sacrificio de los más desprotegidos: los trabajadores. A sus medidas «sociales» -recorte salarial, vacaciones no pagadas- ha decidido echar una sal en la herida de los menos privilegiados.

Pese a que contraviene con cualquier convención política y sentido común, el antiguo Terminator inventado por James Cameron -al que debe su efímera gloria- realiza un cameo en el vehículo ideado por el capitidisminuído Sylvester Stallone para su propio regreso del olvido, «Los Mercenarios», un puerro pinchado a un palo cuya premiere tuvo lugar el pasado día 3 en el legendario Teatro Chino Graussman de Los Angeles. Las masas que resistan su pestilencia la podrán ver a partir de este viernes.

Con los sindicatos esperándole frente a la alfombra roja, el austríaco más famoso despues de Adolf Hitler y Brüno, entró por la puerta trasera. El portavoz del ex campeón musculado y anabolizado, Aaron McLear, explicó que el Governator lo hace así siempre por razones de seguridad. Pero la cosa no queda en manifestaciones más o menos ruidosas, sino que ha llegado hasta los juzgados.

Es sabido que Schwarzenegger planea regresar al cine en 2011, cuando expire su mandato. Jim Zamora, portavoz de la Service Employees International Union Local ha declarado: «es una bofetada en el rostro de los trabajadores que ahora trabajan por menos dinero mientras que él restaura su imagen de estrella».

El juez Steven A. Brick de la Alameda County Superior Court ha visto «serios problemas legales» en que se dicte que los trabajadores no pueden cobrar su salario durante sus vacaciones y ha cancelado la medida gobenatorial. Los abogados del multimillonario republicano casado con una Kennedy demócrata han apelado la sentencia. Jugando con el título inglés del execrable film -del que Stallone prepara temible secuela-, en las websites de los sindicatos se proclama: «Arnold, no somos prescindibles».

Esta semana, durante su presentación a la prensa en Londres, el siempre divertido Stallone, respecto de su edad dijo: «yo era camarero cuando la última cena. Y lo que serví fueron dinosaurios».

«Un trabajo que nadie quería se ha convertido en una misión que nadie esperaba» clama el eslogan del film de los pensionistas héroes de acción quienes al mando de Rambo incluyen al cada vez más monstruoso Mickey Rourke, Bruce Willis, Dolph Lundgren, Jason Statham, Jet Li, Eric Roberts (hermano de Julia y padre de Emma), Randy Couture y Steve Austin. Chuck Norris y Steven Seagal no quisieron participar. El Governator protagoniza un «cameo» que le puede salir muy caro. Y es que el cine puede ser un gran arma de la justicia. No sólo de la social y política, sino también artística.