El certamen que se clausura este martes, ha premiado también «Arrugas», en la categoría de óperas primas y «Mercado de futuros», en la de documentales

La película «Iceberg», de Gabriel Velázquez, ha recibido el premio Julio Verne y el premio del jurado joven en el 22º Festival de Cine Español de Nantes, que se clausura este martes 27 de marzo. Los restantes ganadores han sido «Arrugas», en la categoría de óperas primas, «Mercado de futuros», en la de documentales, y «La media pena», en la de cortos.

Este XXII Festival de Cine Español de Nantes, considerado como uno de los principales escaparates del cine español en Francia ha presentado cinco títulos de reciente producción. Un jurado de profesionales españoles y franceses presidido por Laura del Sol, y compuesto por Judith Colell, Marianne Slot, Pierrick Sorin e Ion de la Riva, ha otorgado el premio Julio Verne a la mejor película a «Iceberg», una historia de jóvenes adolescentes con problemas que ha dirigido Gabriel Velázquez, y una mención especial a «Madrid, 1987!, de David Trueba, ambos, títulos aun inéditos en las pantallas españolas. El premio del jurado joven también fue para «Iceberg», mientras que el público asistente a las sesiones se decantó por «La voz dormida», de Benito Zambrano.
En la competición de óperas primas han participado otros cinco filmes, que aspiraban al premio Fundación Borau, concedido por un jurado de periodistas. Lo ha recibido la cinta animada «Arrugas», de Ignacio Ferreras, y hubo una mención especial para «Urte berri on, amona» («Feliz cumpleaños, abuela»), de Telmo Esnal.
En la competición de documentales, donde se han presentado también cinco trabajos, un jurado de profesionales presidido por Mireille Lemaresquier, y compuesto por José Manuel Lamarque, Jonás Trueba, Xavier Baudoin y Javier de Lucas, ha otorgado el premio a «Mercado de futuros», de Mercedes Alvarez. Por último, el premio Erasmus al mejor cortometraje, al que optaban ocho trabajos, ha recaído en «La media pena», de Sergio Barrejón.
«Iceberg» es una película poética en la que la fuerza visual de los adolescentes y el paisaje de invierno en el Tormes son los principales ingredientes. La historia fluye a lo largo del río Tormes bordeando el paso de la adolescencia. «Quisimos alejarnos de los núcleos urbanos y de los barrios, huyendo de lugares tan continuamente retratados para buscar la belleza y la fuerza de las imágenes en la naturaleza. Como un iceberg, sencillo y contundente… y casi en silencio.» explica su director Gabriel Velázquez.
En «Iceberg» no aparecen adultos. Todos son adolescentes y su familia está ausente de sus vidas. Atraviesan un momento crítico: están dejando de ser niños pero todavía no son mayores… Y entonces surge un iceberg. Un problema al que tendrán que enfrentarse en solitario por primera vez y sin ayuda de nadie. «Desde el principio supimos que para contar nuestra historia no podía haber padres ni personas mayores; estos chavales no podían tener a su lado a sus protectores… había que explorar cómo maduraban… solos. Había que ver el iceberg sólo, en la inmensidad del invierno.» apuntan Gabriel Velázquez y Blanca Torres, co-guionista de la historia.