DIRECTOR DE OBRAS MAESTRAS COMO «¡BIENVENIDO MR. MARSHALL!», «PLÁCIDO» O «EL VERDUGO», SUPO HACER UN RETRATO DE LA SOCIEDAD DE SU TIEMPO

Berlanga nació en Valencia en el 21. Formado en los Jesuitas, en Valencia y en un internado de Suiza, estudió después Derecho y Filosofía y Letras, carreras que dejó para intervenir en los últimos meses de guerra civil española al lado republicano. Tras la Guerra se enroló en la División Azul, pra salvar a su padre, destacado republicano y diputado durante la Segunda República. Tras su larga experiencia militar y sus muchos meses de mili, Berlanga empezó en el cine, donde sus escarceos con la censura fueron constantes.
Le prohibieron una escena en que la guardia civil hería de un disparo a un fugitivo. El argumento que le dieron es que la Benemérita no fallaba nunca. Además de la censura oficial, estaba la del propio Franco, que se hacía proyectar en El Pardo todos sus filmes. También le prohibieron filmar una escena en la Gran Vía de Madrid porque, según los censors, podía poner a un cura saliendo de Pasapoga, una famosa sala de fiestas del lugar en el franquismo. Durante muchos años formó tandem con el guionista Rafael Azcona: «Creo que ha sido el tiempo más fructífero de mi cine. Rafael y yo tuvimos el mejor sistema de trabajo, o sea, ninguno», recordaba frecuentemente Berlanga.
Berlanga, que ha dado nombre a un género, lo «berlanguiano», un término que aparece en los diccionarios para referirse al particular universo de este cineastaha pasado a la historia por haber hecho un retrato de la sociedad española de su tiempo, por dejar un testimonio que iba más allá de la historia política y social.
Su filmografía está repleta de títulos inolvidables e imprescindibles en la historia del cine español. En 1951 rodó «Esa pareja feliz», su primer largometraje, y con «¡Bienvenido Mr Marshall!» definió su cine – la sátira, la farsa, el humor negro y una visión crítica y esperpéntica de la realidad sociocultural y política española-. En la década de los 60 realizó algunas de sus obras más importantes, como «Plácido» y «El verdugo», comedia negra que obtuvo gran repercusión internacional. Posteriormente firmó «Tamaño natural» (1974), «La escopeta nacional» (1978) y «La vaquilla» (1985), entre otros. En 1993 se llevó el Goya por premonitoria cinta «Todos a la cárcel».
Reconocido por la crítica y los premios, Berlanga, que siempre tuvo problemas con las productoras, no olvidó nunca sus desencuentro con el gran Buñuel, y con Pilar Miró, a la que achacó haber tomado decisiones «que son en parte las culpables de que el cine español no exista ahora». Berlanga envió en alguna ocasión lencería erótica a Miró, quien dijo que daría el premio Príncipe de Asturias de las Artes a cualquiera antes que a Berlanga. Una de las primeras decisiones de Pilar Miró como Directora General de Cinematografía, fue cesarle al frente de la Filmoteca Nacional.
Su última película había sido «París – Tombuctú». en 1999. Desde el año 2000 estaba retirado pero el pasado mayo hizo su última aparición pública para inaugurar una sala de cine en Madrid que lleva su nombre.