UNO DE LOS GRANDES DEL CINE ITALIANO, RESPONSABLE DE TÍTULOS COMO «UNA JORNADA PARTICULAR»; «La TERRAZA», «LA SALA DE BAILE» O «LA FAMILIA»

Ettore Scola, director de clásicos como «Una jornada particular», «Brutos, sucios y malos», «La familia» o «Nos habíamos amado tanto», ha muerto en Roma este lunes 19 de enero a los 84 años. El cineasta se encontraba internado, en estado de coma, desde el pasado domingo.

Scola había nacido el 10 de mayo de 1931 en Trevico, al sur de Italia. Primero cursó estudios de derecho, pero luego se dedicó de lleno a su gran pasión por el séptimo arte. En los años 50, comenzó a escribir escenificaciones para cintas como «Un americano a Roma» (1954), «La grande guerra» (1959) o «Crimen» (1960). Pero sin duda una de las fechas señaladas en la vida de este genio inolvidable del cine italiano fue 1964, cuando dio el salto a la dirección con el filme «Se permettete parliamo di donne», con Vittorio Gassman como protagonista. Tras esta, vendrían otras cintas como «Il commissario Pepe» (1969) o «Dramma della gelosia – Tutti i particolari in cronaca» (1970). Con el tiempo de convirtió en uno de los máximos exponentes de la «commedia all’italiana». Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman, Sophia Loren y Monica Vitti fueron algunos de los actores que trabajaron bajo sus órdenes.

Entre su amplia filmografíadestacan además títulos como «El comisario y la dolce vita» (1969), «El demonio de los celos» (1970), «Un italiano en Chicago» (1971), «Una mujer y tres hombres» (1974), «Brutos, sucios y malos» (1976), «Una jornada particular» (1977), «La terraza» (1980), «La noche de Varennes» (1982), «La sala d baile» (1983), «Macarroni» (1985), «La familia» (1987), «Splendor» (1989), «¿Qué hora es?» (1989), «El viaje del czapitán Fracassa» (1990), «Mario, María y Mario» (1993), «Historia de un pobra hombre» (1995), «La cena» (1997), «Copetencia desleal» (2001), «Gente de Roma» (2003) o «Que extraño llamarse Federico» (2013), su último filme.

Scola, ganador del premio al mejor guión en el Festival de Cannes en 1980 por «La terrazza» fue reconocido como uno de los creadores de la moderna comedia italiana. Nada más conocerse la noticia de su muerte, el mundo de la cultura y del arte de Italia se volcó en muestras de afecto y condolencias.

El primer ministro, Matteo Renzi, ha declarado que su muerte «deja un enorme vacío en la cultura italiana». El ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini, ha descrito a Scola como «un gran maestro, un hombre extraordinario, joven hasta el último día de su vida».