DIRIGIÓ COMEDIAS COMO «EL HOMBRE QUE VIAJABA DESPACITO», CINE DEL OESTE COMO «TRES HOMBRES BUENOS» O «CABALGANDO HACIA LA MUERTE» Y NUMEROSOS EPISODIOS DE «CURRO JIMÉNEZ»

Este jueves 16 de agosto ha fallecido en Madrid a los 91 años Joaquín Romero Marchent, miembro de una insigne familia cinematográfica, prolífico director todoterreno, que se especializó en spaghetti westerns. Entre sus trabajos están gran parte de los episodios de la serie «Curro Jiménez».

Joaquín Luis Romero Hernández Marchent había nacido en Madrid, el 26 de agosto de 1921. Era hijo de Joaquín Romero Marchent Gómez de Avellaneda (director-propietario de la revista especializada «Radio Cinema» y de la productora Intercontinental Films); y hermano de Rafael Romero Marchent, actor y director, Carlos Romero Marchent, actor y director de una sola película, y Ana María Romero Marchent, montadora. Del mismo modo, su esposa, Angela Caballero, fue actriz durante cierto tiempo y su hija menor, Nuria Romero, es ayudante de dirección.
Tras dejar inconclusos estudios diversos, desde Marina Mercante a Derecho, y ejercer de futbolista durante algunas temporadas, entra en el cine en 1946, como meritorio en la película «El crimen de Pepe Conde» (1946), producida por su padre y dirigida por José López Rubio. Desde entonces, va ascendiendo en el escalafón profesional (auxiliar de dirección, segundo ayudante de dirección, primer ayudante de dirección), a las órdenes sobre todo de Luis Lucia, Francisco Rovira Beleta y José Díaz Morales.
En 1953 logra debutar como director, mediante el thriller «Juzgado permanente», y algo más tarde introduce el spaghetti western en el cine español, al relevar al mexicano Fernando Soler como director del díptico «El Coyote» (1955), según la famosa creación literaria de José Mallorquí.
Desde entonces, su aportación al medio audiovisual comprende tres bloques fundamentales: aportaciones al estilo de comedia agridulce y neorrealista, en los años 50 («Fulano y mengano», «El hombre que viajaba despacito», El hombre del paraguas blanco); regreso al Western en los años 60, estableciendo así los pilares que permitirán el inminente fenómeno del spaghetti Western («Cabalgando hacia la muerte», «Tres hombres buenos», «El sabor de la venganza», «Antes llega la muerte», «Aventuras del Oeste»); y contribución a una de la series televisivas de mayor éxito en la historia del ente: «Curro Jiménez», ya en los años 70, década en la que dirigió títulos como «Condenados a vivir» o «El juego del adulterio»
Durante los años 60 y 70 fue ctambién oproductor, mediante su empresa Centauro Films, y coguionista de diversas películas ajenas a su faceta de director, principalmente spaghetti westerns filmados por su hermano Rafael.