Una auditoría descubre 165 millones de dólares sin declarar

Todos salieron ganando a la hora de adaptar el libreto que Bob Fosse creó para el musical «Chicago». En 2002, el mediocre ex coreógrafo Rob Marshall (recientemente estrellado con «Nine») la llevó al cine y una embarazadísima Catherine Zeta-Jones se llevó el Oscar por su asesina mediática Velma Kelly, Richard Gere obtuvo una nominación por su impecable «razzle dazzle» y se cosecharon cinco eunucos de oro más -entre ellos, uno muy discutido a la mejor película-, además de otros 34 premios provenientes de 54 nominaciones.

Todos salieron ganando, menos los herederos del legendario coreógrafo, bailarín, actor, escritor y leyenda permanente del más moderno baile del siglo XX, cuyo legado sigue aún vivo e imperecedero.

Ayer, las fuerzas creativas detrás del gran musical de Broadway (que consagró la imprescindible Bebe Neuwirth en las tablas de la Gran Manzana) denunciaron irregularidades en las cuentas de los beneficios económicos del film a la siempre polémica distribuidora y productora Miramax y a Walt Disney Pictures. Entre los acusadores, Nicole Fosse, heredera universal del legado del autor de «Cabaret» y «All That Jazz», el compositor John Kander y los herederos del libretista Fred Ebb. La razón: no les salen los números y echan de menos 12 millones de dólares de beneficios a su favor. Como poco.

Una auditoria encargada por ellos ha encontrado que no han sido declarados 165 millones de dólares de beneficios (hasta el 31 de diciembre de 2006) y la exageración de 32 millones de dólares en exenciones fiscales. Se habla también de miles de millones de dólares evaporados y el hecho de que desde Disney se ha participado efectivamente en el sabotaje para que una auditoría completa pudiera ser efectuada, según informes de The Hollywood Reporter.

«Chicago», protagonizada por Zeta, Renée Zellweger y Richard Gere, entre otros, embolsó 300 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo, sin contar con los beneficios generados por una banda sonora que fue un inmediato número uno. El equipo que denuncia afirma que en su momento se firmó un contrato con Miramax que le hacía beneficiario del 4% de las ganancias totales. También exige el pago, no realizado, del 15% de beneficios en las ventas de la banda sonora.

Robert Louis Fosse (Chicago, 1927-Washington, 1987) murió prematuramente a los 60 años, después de dejar su agonía en cine a través de «All That Jazz», siendo el permanentemente bronceado Roy Scheider su «alter ego» (memorable fumando bajo el agua de la ducha). Fosse se casó tres veces. Con Mary Ann Niles, Joan McCracken y Gwen Verdon. Casado con Verdon en 1960, se divorciaron en 1970 pero se mantuvieron unidos hasta la muerte del creador de las coreografías con bombín y guantes blancos. Tuvieron una hija, Nicole, defensora del legado. En sus últimos años, mantuvo una relación con la actriz Jessica Lange, la muerte en «All That Jazz».

Dirigió a cinco actores que bajo su mando ganaron sendos Oscares: Dustin Hoffman y Valerie Perrine («Lenny»), Roy Scheider, Joel Grey y Liza Minelli («Cabaret»). Su musical «Liza con una Zeta» ganó todos los premios posibles. Es un hecho que Minelli le debe su carrera y aún hoy, fama. De vida agitada y tumultuosa, sabiendo que quemaba la vela por ambos lados, Fosse dejo un epitafio anticipado: «Gracia a Dios, El no me hizo perfecto».

La denuncia y consiguientes acciones legales están en manos de Stanton Stein, Daniel Fiore y Maribeth Annaguey de la poderosa firma legal LA’s Liner Grode Stein. La denuncia alega ruptura de contrato, ruptura de la buena fe por la parte del equipo creativo, interferencia intencionada de las relaciones contractuales y sabotaje a la hora de verificar los cuadernos de contabilidad.