Dirigido por David Serrano, es un homenaje a Joaquín Sabina con sus personajes y canciones

El Teatro Rialto de Madrid vuelve a acoger a partir de este 30 de agosto el musical «Más de 100 Mentiras», basado en el repertorio artístico de Joaquín Sabina. Amor, comedia y deseo de la mano de unos personajes nacidos de la obra del poeta y artista jiennense. El elenco está encabezado por Juan Pablo di Pace, Álex Barahona, Guadalupe Lancho, Víctor Massán, Diego Paris, Juan Carlos Martín, Felipe García Vélez, Marta Capel, Toni Viñals, Jaime Zataraín y Silvia Álvarez.

El musical cuenta la historia de tres colegas que trabajan para un capo pero deciden montárselo por su cuenta, momento en el que éste les tiende una trampa. Uno muere en el tiroteo, otro escapa y sigue trabajando para el mafioso, mientras que al el tercero le caen tres años de cárcel. Pasado el tiempo reaparecerá para ajustar cuentas.
En el repertorio se incluyen 22 canciones -cuya selección ha sido monitorizada en todo momento por Sabina y Pancho Varona-, como «Pastillas para no soñar», «Yo quiero ser una chica Almodóvar», «¿Quién me ha robado el mes de abril?», «Y nos dieron las diez», «Contigo», «La canción de las noches perdidas», «Con un par» y «Más de cien mentiras», entre otras.
Dirigido por David Serrano, responsable igualmente del guión, junto con Fernando Castets y Diego San José, la selección y dirección musical ha corrido a cargo de un equipo formado por Pancho Varona, el propio Serrano, José María Cámara y Daniel García, este último director musical. Las canciones han sido arregladas para la ocasión por Jacobo Calderón, Daniel García, Leiva (de Pereza), Iván Lewis «Melon», Ernesto Millán, César Pop, Pepe Rivero, Alejandro Serrano y Jorge Villaescusa. Las coreografías son de Federico Barrios, Lluis Burch ‘Lucho’, Elizabeth de Chapeaurouge, Aridane González, Chevi Muraday, Carlos Rodríguez y Richard Siegal.
David Serrano, explica que en todo momento ha tratado de «hacer una historia con principio y final claro con personajes serios, no algo superficial y banal como muchos otros musicales». «Hemos tratado de hacerlo como los americanos y todo está tocado y cantado en directo», señalaba. Por su parte Álex Barahona reconoce que le preocupaba mucho y era «todo un reto» tener que cantar y bailar. «Sin la ayuda del resto a la primera semana habría estado en mi casa, pues ha sido un gran esfuerzo. Es que no se le puede ni llamar bailar, digamos que interpreto», ha bromeado, entre gestos de desaprobación de sus compañeros, que le llevaron claramente la contraria.